Se le nota el agotamiento de varios meses de gira, hablando de su experiencia como el nuevo Hombre Araña en buena parte del mundo. Con 21 años recién cumplidos, Tom Holland puede decir que conoce la fama como pocos a su edad, aunque la experiencia no es completamente nueva para él. Tras protagonizar la puesta londinense de "Billy Elliot" cuando tenía 11 años, una labor que repitió casi todas las noches durante dos años, fue el elegido para acompañar a Naomi Watts y Ewan McGregor en "Lo imposible", la película de Juan Antonio Bayona que le dejó a la británica criada en Australia su segunda nominación al Oscar. Y aunque ya es parte del elenco habitual de Marvel y rueda actualmente su primera película con Los Vengadores, Holland no desperdicia el gran momento que está pasando y ha terminado otros 3 films. En su encuentro con Escenario, pocas horas antes la gran premiere de "Spider-Man: de regreso a casa" realizada en el corazón de Hollywood, la joven estrella no ocultó que su alegría sigue siendo mayor que el agotamiento. La película se estrena en los cines argentinos el próximo jueves.
—¿Qué es lo que creés que diferencia a tu Hombre Araña de los otros superhéroes?
—Creo que la edad. Mi personaje es un adolescente. Esta es una película sobre un chico de 15 años y eso la hace diferente de todo lo que has visto antes porque es mucho más fácil identificarse con él. Es mucho más complicado conectarse con Tony Stark que es un multimillonario. Pero en cambio todo el mundo ha ido a la secundaria y se ha sentido cohibido para hablar con las chicas. En mi caso fue así y eso hace que la conexión sea más fácil.
—¿Has mejorado un poco en ese plano?
—Sí, aunque sigo sintiéndome cohibido. De todos modos no tengo tiempo para hablar con las chicas en este momento. Me la he pasado de gira promocional recorriendo el mundo por lo que estoy muy concentrado en hacer mi trabajo. De todos modos, yo siempre fui el más chiquito de la clase. Y las chicas de 16 quieren salir con el jugador de rugby, no con el bailarín, por lo que no tenía mucha suerte en ese plano. Ahora gracias al Hombre Araña las cosas están un poco mejor pero no soy un ganador innato.
—¿Cómo ha sido la experiencia de volverte mundialmente famoso?
—Ciertamente es un aspecto interesante de mi profesión y algo que no me esperaba, pero también lo estoy disfrutando. He tenido la oportunidad de conocer a mis fans en todas partes del mundo y si bien todo ha sido un poco loco también tiene su encanto.
—¿Cual ha sido el encuentro más extraño que has tenido con un admirador?
—Una chica en Londres se sacó una foto conmigo y se puso a llorar de la emoción. Al día siguiente se volvió a cruzar conmigo y me mostró que se había hecho un tatuaje de mi Hombre Araña en el antebrazo. Por un lado me encantó el gesto pero por el otro me dio pena de que fuera a llevar eso en su cuerpo por el resto de su vida. Sin embargo, se la veía muy contenta...
—¿Cuán complejo fue el proceso para que te dieran el papel?
—No fue nada simple. El proceso de audiciones siempre te destroza los nervios. Te ves forzado a hacer cosas a las que no estás acostumbrado y eso ya es muy estresante. Yo tuve mucha suerte porque he estado jugando a ser el Hombre Araña en mi dormitorio desde que era chico y eso me hizo sentirme más relajado pero igual fue muy intenso. Creo que lo más duro fue la espera para saber si me habían dado el papel y que fue una conversación global. Los nombres de los finalistas estaban en internet y todo el mundo opinaba sobre el tema. Aún así, que me lo hayan dado a mi en estas condiciones hizo que haberlo obtenido sea mucho más reconfortante.
—¿Te sentiste alguna vez como Peter Parker, el chico al que nadie entiende ni acepta?
—Alguna vez, cuando estaba estudiando ballet y fui a aprender rugby y realmente no pertenecía a ese mundo, pero mis padres siempre me ayudaron a tener una buena autoestima y que nada me afectara. Siempre he tratado de ser diferente y hacer cosas que los demás no hacían. Peter Parker es un buen modelo para los adolescentes, porque nadie lo aprecia en la escuela pero tiene el potencial para volverse el chico más popular del planeta. Como sabe que tiene ese potencial, no cambia. En mi caso, mi vida está cambiando rapidamente. Y yo sigo el ejemplo de Peter Parker y trato de seguir siendo el mismo que era antes que se diera toda esta locura a mi alrededor.
—¿Te parece que el mundo necesita de un heroe global o de alguien que defienda al barrio de los ladrones?
—Creo que el que defienda al barrio, porque eso es lo que sirve para unir a la comunidad. Le da esperanza. Lo bueno que tiene esta película es que no trata de un superhéroe que lucha contra los extraterrestres que han invadido la Tierra, sino de alguien que intenta prevenir el crimen a nivel barrial. Es un tema que seguramente ayudará a la audiencia a conectarse con algo que en este momento está pasando en todo el mundo.
—¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con Robert Downey Jr.?
—Fabulosa. Ser parte de Los Vengadores para mi es una experiencia surreal, pero que mi mentor sea Iron Man y Robert Downey Jr. es aún más surreal. El es macanudo a nivel personal y en lo profesional está en el nivel más alto al que uno pueda aspirar en esta industria. El me enseñó que si uno llega a tener la suerte de alcanzar esa posición tiene que comportarse de manera acorde. El llega siempre a horario, es muy respetuoso, saluda amigablemente a cada integrante del equipo técnico y trabaja tan duro como cualquier otro actor. Es un buen ejemplo para alguien tan joven como yo de que no importa cuanta plata ganes o lo exitoso que seas, siempre tenés que tratar a los demás con respeto. El lo que me dijo es que yo tenía que disfrutar de esta experiencia. Me contó que cuando se estrenó la primera "Iron Man" no podía creer todo lo que le estaba pasando y estaba seguro que yo estaba pasando por algo similar. Y no se equivocó.
—¿De qué manera te ha ayudado el ballet a convertirte en el actor que sos hoy?
—Me ha ayudado mucho en cada película que he hecho, porque hay toda una parte física que tiene que ver con construir un personaje. Si sabés cómo controlar tu cuerpo a la perfección, que es precisamente lo que te da el ballet, vas a poder funcionar mejor como actor. A mi me encanta bailar. Me pondría a hacerlo en cuando me lo propongan, pero para serte honesto primero tendría que volver a entrenarme. He estado tan ocupado últimamente que hace rato que no voy a una clase, pero es algo que de verdad extraño.
—¿Hiciste vos mismo las escenas de riesgo?
—Tantas como pude, porque tengo una buena preparación como gimnasta y eso me permitió hacer un montón de cosas. Muchas veces el director sobreestimaba mi capacidad atlética y me pedía que escalara una pared y diera dos vueltas en el aire hacia atrás y yo le tenía que decir que no era tan bueno como él imaginaba.
—¿Pudiste llevarte algo de recuerdo de la filmación?
—Lo intenté pero no pude. Pregunté si me podía quedar con uno de los trajes y me dijeron que no, que era muy caro, pero además me explicaron que no iba a poder ponérmelo yo solo. Es que siempre me ayudaron varias personas a colocármelo, así que me fui del rodaje con las manos vacías. Al menos recibí un gran regalo cuando fui al programa de Ellen De Generis. Es que me compré un departamento y entré en pánico porque nunca me imaginé lo que cuesta todo. Hay que comprar una tostadora, una pava, una cama, todas cosas que siempre estaban en mi casa porque mis padres las compraron alguna vez. Lo cierto es que Ellen me regaló una cama con las mesitas de luz pero todavía no he podido ver cómo queda porque con todos estos viajes sólo vi el departamento que compré una sola vez...
—Tu papá es un famoso comediante en Inglaterra. ¿Solés hablar con él sobre el momento que estás viviendo?
—Todo el tiempo. Lamentablemente no me pudo acompañar a la premiere en Los Angeles porque se está preparando para actuar en el Festival de Edinburgo, pero es alguien a quien siempre le pido consejo porque ha estado en esta industria durante 30 años. El conoce los altibajos del mundo del espectáculo y siempre sabe como bajarme a la Tierra cuando se me suben los humos. Es fabuloso tener a alguien a tu lado que sabe como ponerte en mi lugar. El siempre dice que los mejores padres son los que no son amigos de sus hijos. Y el es precisamente así conmigo.
—¿Lo vas a ver actuar con frecuencia?
—No, sólo lo vi una vez. Esa fue mi única experiencia viendo un show de stand-up. Es que él se pone un poco nervioso cuando lo vamos a visitar, sobre todo porque muchas de sus bromas son a mi costa. Descubrí que en su rutina el dice de que chico me decía Motorola porque en lugar de ponerme a dormir decía que me ponía a cargar...
—¿Qué pasó con tus sueños de jugador de rugby?
— Fueron destrozados sin consideración. Todos mis compañeros de equipo cuando crecieron se volvieron grandotes y macizos pero yo me quedé así de chiquito. Cuando estaba en la primaria era el capitán del equipo B. Ganábamos competencias y a mi me encantaba. Disfrutaba mucho de la camaradería con mis compañeros pero cuando descubrí que lo mismo pasaba en el estudio de danza y que estaba mejor preparado para hacer giros que para llevarme a alguien por delante entendí que era hora de hacer un cambio. Me golpeaban mucho jugando al rugby y terminó volviéndose un poco peligroso para mi. Creo que mi mamá tuvo algo que ver con mi decisión de dejarlo. Estaba muy preocupada de que me lastimaran de verdad.