Esta semana hubo nueve estrenos en las salas comerciales de Rosario, pero la cantidad no es sinónimo de calidad. Muchas veces quedan afuera películas que no llegan a la ciudad por ser producciones independientes o simplemente por ser un cine que se corre del mainstream. Es decir, estaría quedando fuera de las salas lo más creativo, lo más arriesgado y, por qué no, lo más interesante. "La cama" es la ópera prima de la actriz y directora Mónica Lairana y entra perfectamente en este segmento. El filme argentino protagonizado por Sandra Sandrini y Alejo Mango, que viene de ganar dos premios en el 33º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, es la historia de Jorge (60) y Mabel (59), quienes tratan de pasar juntos el último día de su relación de pareja. La directora tomó una vivencia personal para hacer foco en dos personas que comen, duermen, intentan hacer el amor y charlan de cosas cotidianas, mientras miran impávidos el cartel de Se Vende de su departamento y se reparten ropa, discos, zapatos y muebles. La película comienza con una frase del escritor Romain Rolland perteneciente a su libro "Jean Christophe" (1904), que expresa: "Cada cual lleva en el fondo de sí mismo como un pequeño cementerio, de aquellos a los que ha amado". Y ese duelo se respira en la película, no sólo por el agobio y la tensión de los tiempos muertos de la pareja, sino también por el estatismo simbólico y real del uso de la cámara fija y los diálogos fríos que hielan la sangre. La desnudez de los protagonistas en casi toda la película es un recurso que aporta realismo, pero también es una metáfora de la sensación de desamparo que deviene de la separación.