Hace cinco años, la primera temporada de "True Detective" dejó a medio mundo con la boca abierta. La serie original de HBO tomaba el típico relato de una investigación policial en una comunidad rural de Estados Unidos y lo convertía en la serie de la que todos hablaron durante los siguientes meses. Por primera vez, los giros y encontrar al asesino no era tan importante como acompañar a esa pareja de policías atormentados interpretados por Matthew McCounaghey y Woody Harrelson.
Acá un crimen era la excusa para hablar de fundamentalismo religioso y para hacer un retrato de personajes brillante, salido de la pluma de Nic Pizzolatto, el creador de la serie. También servía para que todo el mundo se aprendiera el nombre Cary Joji Fukunaga, capaz de sacar de la manga un plano secuencia para el recuerdo. El realizador se encargó de todos los episodios, y se ganó un premio Emmy.
"True Detective" se convirtió en la nueva obsesión seriéfila, y HBO no quiso dejarlo escapar, así que puso a Pizzolatto a escribir una segunda temporada con trama y personajes independientes. Pero ahí llegó el desastre. Lo que en la primera temporada era profundidad ahora era pretencioso. Todo se daba demasiada importancia, y el extraño reparto en el que estaban Vince Vaughn, Colin Farrell y Rachel McAdams no cuajaba. La serie de culto conseguía que sus fans se desilusionaran, y hasta se rieran de alguno de sus momentos más ridículos.
La cadena pidió perdón, Pizzolatto dijo que lo había resuelto a las apuradas, y cuando parecía que "True Detective" pasaría a la historia, ambos anunciaron que se preparaba una tercera temporada con la que querían resarcirse de los errores de la anterior.
Hoy a las 23 se estrena por HBO la tercera temporada, una de las series más esperadas del año. Esta noche se emitirán dos capítulos consecutivos: "The Great War and Modern Memory" y "Kiss Tomorrow Goodbye". En total son ocho episodios. El flamante protagonista es Mahershala Ali, el actor que ganó un Oscar por "Luz de luna" (2016) y hace pocos días recibió un Globo de Oro por "Green Book". A su lado también está Stephen Dorff, conocido por la taquillera "Blade" (1998) y por "Somewhere" (2010), de Sofía Coppola.
Un caso sin resolver. Con la intención de recuperar la esencia, Pizzolatto vuelve a los escenarios rústicos, en este caso, la región montañosa del estado de Missouri, conocida como los Ozarks. La historia arranca en 1980, cuando Will y Julie Purcell, los hijos de los conflictivos padres Tom y Lucy Purcell, desaparecen por una semana luego de Halloween, en West Finger, Arkansas. Ya en 2015, el detective retirado Wayne Hays (Ali), quien fue originalmente el investigador del caso, es convocado para repasar los giros de este caso sin resolver, con un productor de documentales de crímenes. Hays mira hacia el pasado, cuando los pequeños de 12 y 10 años desaparecen, y recuerda los días y semanas posteriores al crimen, así como los avances del caso en 1990, cuando él y su antiguo compañero, Roland West, fueron citados ante un descubrimiento en la investigación.
"Entiendo que en la segunda temporada ocurrieron muchas cosas que la gente no quería que ocurrieran, basados en la primera. Pero estoy muy orgulloso del trabajo que todos hicimos", dijo Pizzolatto a la revista Variety. "Sólo intento asimilar todo lo que hago y seguir adelante. Creo que la crítica es una parte importante de este trabajo, así que intento no aislarme. Sólo intento mejorar y enfocarme en lo que quiero hacer, porque hay un gran esfuerzo de equipo detrás", afirmó.
Según explicó el realizador, la historia de la tercera temporada, a diferencia de la segunda, será más luminosa. "El cruce de líneas de tiempo es una estructura mucho, mucho más complicada. Pero más allá de eso, es muy difícil de describir. Es como el tono o la textura. Siento que esta temporada tiene más luz que las anteriores y creo que busca más la esperanza. No estoy seguro de que esto sea propiamente «noir», dado el curso que toma", adelantó.