Antes de ver “Fuera de control”, hay que tener en cuenta que estamos ante una película extremadamente violenta. Por lo tanto, quien se alarme al ver matar una persona despiadadamente, o ante un choque en el que vuela gente y explotan autos, sugiero que elija otra opción. Ahora bien, a quienes les gustan las películas de acción que te hacen saltar del sillón y que te tienen con un nudo en la garganta porque nunca se saber cuánto más brutal será la escena siguiente, esta es la película indicada. Al director Derrick Borte no le interesa describir demasiadas historias personales ni ahondar en la psiquis de los personajes protagónicos, quiere ir al hueso y va por eso. “Fuera de control” se plantea en un contexto caótico, en una ciudad estadounidense desbordada de violencia y cierta frivolidad. Allí aparece Tom Cooper (Russell Crowe, excedido intencionalmente de peso e impecable en su rol), quien viene de incendiar una casa por un problema laboral y quiere hacer justicia por mano propia contra todo aquel que lo ofenda. Rachel (Caren Pistorius) tiene justo con él una discusión de tránsito y Tom se enojará de tal modo que comenzará una matanza voraz con integrantes de su entorno y su familia. Hasta que llega el momento en que irá por ella y por su hijo. Con ese flaco argumento, la película genera una tensión tan fuerte que a veces invita a abandonarla. Pero no hay dudas que será un buen plato para los que degustan del cine de súper acción versión 2021.