Cacho Castaña subirá a escena esta noche a las 21 en el salón Metropolitano del
Shopping Alto Rosario. El compositor presentará el espectáculo musical "Por amor a vos" tras
superar un problema de salud que lo obligó a internarse en un sanatorio de Buenos Aires. En diálogo
con La Capital negó cualquier problema que no se relacione con su hipertensión. "Cuando vas a la
clínica lo primero que te dicen es «largá el faso». Y no es el faso", enfatizó el cantor que niega
cualquier exceso en su vida.
—Alguien dijo que le sucede lo mismo que a Sandro.
—¡Nooo! Son todos locos (se ríe). Mi ficha de la clínica dice Cacho
Castaña: hipertenso. Pero no tiene nada que ver con lo de Sandro, pobrecito. No. Yo soy abstemio y
no tomo alcohol. ¡No tomo alcohol! A ver si me entendés: no tomo vino ni cerveza... No tomo un
joraca.
—No me creen por portación de cara (risas). Si me quieren que me hagan
comidas sin sal en todos lados donde vaya y que me hagan tomar el diurético, nada más.
—¿Entonces qué pasó con su salud?
—El problema está superado. Soy hipertenso y, mientras coma sin sal y tome
la pastilla no hay problemas. Lo que pasa es que como hijo de buen tano, me olvido y cuando me
siento bien comienzo a comer con sal, no tomo la pastilla y cuando me quiero acordar tengo 20 de
presión. O sea, de pelotudo, ¡bah! Cuando vas a la clínica lo primero que te dicen es: "largá el
faso". Y no es el faso.
—¿Qué piensa cuando lo llaman por su salud y no por lo que sabe hacer, que es
cantar?
—Y... es inevitable. Hace 45 años que hago esto. No me preocupa. Al
contrario, me hace bien, porque es como una caricia.
—Usted se forjó una imagen de tanguero, pero no era cantor de tangos.
—Bueno, yo tocaba el piano en una orquesta típica. Me metí en la música
popular, me hice más grasa de lo que soy.... (risas). Empezaron con que era grasa, ¿viste? En este
país somos así: el que hace esto es grasa, el que hace la otra música no es grasa. Y ahora resulta
que soy de culto.
—¿Ahora lo consideran músico de culto?
—Ahora soy un cantante de culto, un cantante popular y de culto. ¡Cuidado
conmigo, viejo! (risas). Son las reglas del juego. Preguntale a un argentino si le gusta Palito
Ortega: te dice que no. Ahora ¿quién carajo compró sus discos, que es el tipo que más vendió en la
Argentina? Vos le preguntás a un argentino: ¿Vos lo votaste a Menem? "¡Nooo!", te dicen. Y ganó
tres veces el Turco... ¿Vos tomás Viagra? "¡Nooo!", Nadie toma, y es el país en el que más se lo
consume. Ya conozco toda esa careteada. Los argentinos somos así.