Con una historia musical que incluye su banda Peligrosos Gorriones y una serie importante de discos solistas con peso propio como "Cazuela", "Hasta decir palabra", "Tic Tac", "La Tranquilidad después de la paliza" y "La vuelta entera", el cantautor de música urbana alternativa Francisco Bochatón se presentará esta noche a las 21 en el Gran Salón de la Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza), para repasar precisamente las canciones de sus discos solistas. Su actual banda incluye al baterista de Los Brujos Quique Ilid y a Lolo Fuentes en guitarra.
—¿De tus discos solistas, cuál representa un salto hacia otro sonido u otra cosa?
—El disco más significativo es "Cazuela" por estar muy lejos y por ser la primera experiencia después de Gorriones. Luego, "La tranquilidad después de la paliza" me pareció importante por el grupo y por cómo producir un disco entero y para mí su momento fue una experiencia de navegación.
—En tu familia hay más de un músico, ¿cómo influyó eso en tu decisión de convertirte en un artista?
—Mis dos hermanos y yo venimos con una vida muy musical, con guitarras... mi hermana empezó cantando y a mí me gustaba, y mi hermano también se enganchó con la música. Los tres tocábamos la guitarra. Después mi hermano empezó a tocar el piano, yo me dediqué a la batería y mi hermana tocaba y cantaba muy bien pero fue quedando en una cuestión medio familiar. En cambio mi hermano lo desarrolló mucho más y es un pianista que yo admiro mucho y que tiene mucha influencia en mi vida, tanto musical como de conceptos. A mí no me quedaba opción... es decir, me encantaba y nunca opté por nada, simplemente pasó esto de ser músico, nada más.
—Si a varias de tus canciones las hubiesen pasado seguido en la radio serían hits ... ¿Tenés otra explicación de por qué algunas de ellas no fueron hits?
—Es cierto. El lenguaje es un juego, ese juego puede tomar aristas lúdicas. En general el lenguaje, incluso desde lo político, permite repeticiones, si esa repetición es aceptada probablemente se construya un hit. No lo sé.
—Sabés qué te llevó a componer e interpretar canciones?
—Lo hago, con lo cual estoy diciendo que necesito hacerlo. Como necesidad es imposible dejar de hacer canciones, es un estado que algunos reprimen y que yo ejecuto. A veces no puedo aunque quiera y a veces aunque no tenga ganas no lo puedo evitar.
—En el rock argentino no hay muchos Francisco. Hoy llamarse Francisco conlleva toda una connotación... ¿qué te parece?
—El nombre define el mío, es Juan Francisco; los dos son nombres fuertes desde lo bíblico pero no más fuerte a partir del Papa Francisco, si es que a eso te referís como connotación de estos tiempos.
—¿Tus proyectos con Peligrosos Gorriones?
—Estamos trabajando... hombres trabajando (risas).