Las canciones de Axel Krygier son tan eclécticas como inclasificables. En un mash up elegante y contagioso se mezclan desde elementos de la world music, el jazz, la chanson, el funk y el hip hop hasta sampleos y ruidos de los más diversos. Son géneros que él suele describir como"voodoo cumbia, surf peruano y twist andino", en un abanico musical de lo más amplio. Entre 1990 y 1996 Krygier integró La Portuaria, y luego se abrió un fructífero camino como solista, que el año pasado dio su más reciente disco, "Hombre de piedra". Este es el álbum que el músico estará presentando hoy en el bar Berlín. Como artista invitado actuará Lauphan. Esta vez Krygier estará apoyado en su personal uso del teclado. "Despliego los temas en el teclado de modo tal que puedo, mediante samples, hacer sonar cosas tan distantes como el ruido de un dinosaurio, los pasos de una persona o las voces de un videodocumental, además de los ritmos y las melodías", explicó a Escenario. En el show también repasará sus trabajos anteriores y adelantará canciones de su próximo disco.
Aunque hoy Krygier se presenta solo, "Hombre de piedra" fue grabado por una banda, y eso es justamente lo que lo diferencia de los discos anteriores del músico. "Llevé la banda al estudio, ensayamos y grabamos a la manera tradicional de los discos de banda. Los arreglos son míos pero los trabajé bastante con la banda, sobre todo con Juan Ravioli", contó. "La dinámica de los temas cambia bastante cuando uno graba de este modo. Y al estar grabado por una sola banda es más homogéneo. Mis discos anteriores están más hechos a la manera de collage, que es como siempre trabajé y seguiré trabajando, porque me divierte mucho hacerlo de ese modo", dijo entre risas.
En los temas de "Hombre de piedra" suenan los estilos más diversos, y ese es el sello que desde siempre caracterizó a Krygier. "Mi trabajo está inspirado en toda una vida de escuchar mucha música", aseguró. "Los momentos en los que uno descubre a los grandes compositores dejan una impronta muy fuerte. En mi caso fueron compositores como Nino Rota y Erik Satie. Y luego Duke Ellington o Serge Gainsbourg", enumeró. Entre sus influencias más fuertes también está el rock de los 70 y los 80. "Me identifico con la época de Clap, Fricción y Soda Stereo. Y a ellos se suman Talking Heads, David Bowie, Laurie Anderson y todo el post punk. Toda la herencia post punk me encanta", reconoció.
Otro género que lo fascina es la world music, "desde la música folclórica de distintos lugares hasta el pop tailandés, el jazz de Etiopía o lo latino, como Mongo Santamaría. Tengo búsquedas intencionadas en esa dirección", aseguró. "La mezcla entre esos deseos primales de hacer música con los elementos que tengo a mi alcance dan como resultado lo que estoy haciendo ahora. Es como una gran digestión", admitió. En ese sentido, Krygier señaló que no persigue la originalidad. "Lo que me interesa es ser genuino, es encontrar cosas que realmente me muevan. La música tiene que pasar por uno. Si uno tiene algo original va a quedar reflejado en la música", opinó.
El músico tiene buenos recuerdos de su paso por La Portuaria, pero también dice que no estaba representado en un 100% por la banda. "Yo entré en La Portuaria cuando ya existía, y en un momento pude dar mi pequeño aporte, pero era un proyecto artístico que nunca me contuvo del todo. Me divertí muchísimo y me sirvió como escuela, porque ellos son grandes músicos, pero no podía sentirme completamente representado con ese grupo. De todas formas la banda me dejó una influencia que uno no puede controlar. Uno también está atravesado por un montón de gestos involuntarios", reconoció.
Experimentos. Para Krygier nunca fue fácil editar y difundir su música, y su primer disco solista, el elogiado "Echale semilla!" (1999), lo editó cuando tenía 30 años. "Yo siempre tuve deseos de hacer cosas, y las hice antes de los 30. Pero a los 30 tuve un punto de inflexión, ya no podía estar más sin sacar mi propio disco", recordó. "Justo coincidió con la aparición de sellos independientes, entre los cuales estaba Los Años Luz, que se decidió a editar algo como lo mío. Hay discos anteriores a mi CD debut que no fueron editados, porque tenía que hacerme cargo de todo, y no había nadie interesado. Lo mío no eran canciones sólo con una guitarra y listo, eran experimentos. Era algo extraño para la época", relató.
La versatilidad siempre es aplaudida por la crítica, pero también puede jugar en contra a la hora de la difusión, y Krygier lo sabe. "Lo diferente, lo raro, no es algo que se desee en los grandes medios", deslizó. "Como sociedad somos más bien frívolos y cholulos, y lo que no entra en el canon de lo cool o de lo francamente comercial no tiene mucho espacio. Pero sí creo que la gente tiene ese espacio. Creo en la gente y en su criterio para elegir la música que le interesa", afirmó.