"No concibo mi música si no hay una parte en la que está muy presente Latinoamérica". Así lo aseguró Ana Belén días antes de una nueva presentación en Argentina. La cantante española, que actuará el viernes próximo en el teatro El Círculo, adelantó cómo es "A los hombres que amé", el show en el que dedica un homenaje a los autores que marcaron su extensa carrera y que fueron incluidos en un álbum del mismo nombre. Entre ellos figuran temas de Fito Páez y León Gieco, de quienes, en diálogo con LaCapital, destacó su talento y su generosidad. Hay además obras de Kiko Veneno, Miguel Ríos, Luis Eduardo Aute, Joan Manuel Serrat, Antonio Vega, Chico Buarque, Joaquín Sabina, Pablo Milanés, Juan Luis Guerra, José Alfredo Giménez y, por supuesto, Víctor Manuel.
—¿Cómo se originó el disco?
—De alguna manera se trata de todos los autores a los que yo he cantado a lo largo de mi vida, que han sido a lo largo de mi vida, aparte de artistas, muy admirados y al mismo tiempo muy queridos y con los que en más de una ocasión me he subido a un escenario, y con muchos de ellos me une además mucha amistad. Era de alguna manera hacerles un homenaje por todo lo que habían dado en mi vida musical. Por eso el concierto se llama "A los hombre que amé", y que sigo amando...
—En la lista están Fito Páez y León Gieco. ¿Qué significan esos dos autores para vos?
—Pues, han significado mucho. Yo conocí la música de León Gieco antes que a él. Recuerdo, en el año 81 probablemente, la primera vez que escuché su música, "Solo le pido a Dios", me sentí absolutamente identificada con esa canción y con muchos años después pude conocerlo en Argentina, y luego el vino a España. Siempre ha sido muy generoso, pero no estoy descubriendo nada porque todo el mundo sabe que León es una persona tan generosa. Y a Fito lo conocí hace muchos años, luego tuve la posibilidad de conocerle en persona y la posibilidad de que fue prácticamente mi familia en Argentina cuando estuve allá rodando "Antigua vida mía", junto a Cecilia (Roth). No me dejaban ni un segundo que me sintiera sola y fueron de una generosidad absoluta. ¿Qué voy a contar de ese rosarino, de ese músico excelente?.
—Tu relación con Latinoamérica se acentuó en los 70, ¿qué lugar ocupa la región a nivel profesional?
—Supongo que cualquier músico, actor o artista de España que le preguntes, para nosotros Latinoamérica debería ser, y ya no digo como artista que me muevo y voy y vengo, sino como ciudadanos de España, debería ser tan lógico el trasvase de las músicas, de su cine, de su cultura, porque tenemos una riqueza que muy poca gente en el mundo puede decirlo, que es un idioma, una cultura, nos reconocemos por los cuatro costados. Para mi Latinoamérica ha sido desde siempre tan necesaria, tan espejo en el que mirarnos que no concibo mi música si no hay una parte en la que esté Latinoamérica muy presente.
—¿Y Argentina?
—Concretamente Argentina, muchísimo. Ya no solo por esa admiración que hay respecto a sus artistas, sino también como pueblo, como país, con su generosidad. Yo tengo mucha memoria y no dejo de estar agradecida a la generosidad del pueblo argentino en momentos muy jorobados para nosotros, los españoles. Me da mucha rabia cuando a veces eso no es recíproco, cuando de repente, aquí, en España, no nos hemos dado cuenta de que tenemos Latinoamérica que es tan necesario para nosotros. A veces, bueno, pues nos hemos puesto un poco como de lado, un poquitín dando la espalda y me da mucha pena y rabia porque son tantas las cosas que nos unen. Deberíamos ser más abiertos a todo ese trabajo que se está haciendo en Latinoamérica, no sólo en lo musical.
—De acuerdo al repertorio del disco, amaste a varios latinoamericanos, ¿y las mujeres?
—Pues, mujeres he grabado pocas. Hice todo un disco que se llamaba "Como una novia", que era con canciones hechas la mayoría por una mujer. Y no se porqué no se ha dado más esa colaboración, no se. Me llegan muchas canciones escritas por hombres. No lo se la verdad, a veces me lo pregunto, pero el caso es que es así. Y conste que soy una mujer que tengo amigas estupendas de la profesión, con las que compartimos muchísimas cosas, y sin embargo autoras hay que buscarlas un poco con lupa, fíjate.
—De todas maneras cantaste con algunas de las más grandes, una de ellas Chavela Vargas...
—Tuve la suerte, he compartido una canción de José Alfredo Giménez, otro hombre (risas). Con ella que era una persona maravillosa, un ser tan especial Chavela.
—¿Cuándo venís a Argentina para hacer teatro?
—Pues... bueno, quién sabe, si hay algún empresario valiente que se atreva a llevarnos (risas) con la última obra que hemos hecho que es una obra de (Mario) Vargas Llosa, que se llama "Kathy y el hipopótamo", supongo que los cinco que somos la compañía estaríamos encantados.
—¿En medio de las crisis, canciones como "España, camisa blanca", "La muralla" o "Sólo le pido a Dios", son viables o quedan en una expresión de deseo cuando chocan contra la realidad?
—Mira, yo los sigo cantando. Los sigo cantando... Y de hecho, terriblemente, claro que siguen estando vigentes. "Sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente", ¡caray!, ¡caray si está vigente! Y "España camisa blanca de mi esperanza" lo mismo, es una canción que habla de lo que somos ¡para bien y para mal! No es una canción en absoluto complaciente con nosotros como país. Es una canción muy crítica, y a pesar de eso tratando de querernos. Me parece que son canciones... un pelín incómodas.
El agradecimiento a Latinoamérica
"Durante unos años en España creo hubo un momento que nos sentíamos un poco nuevos ricos en esta Unión Europea, y quizás mirábamos un poco desde arriba a otras comunidades, y en este caso me estoy refiriendo a la comunidad latinoamericana. A mi no me ha pasado, pero no se entendía cómo es posible darle la espalda a todo un continente con el que compartimos tantísimas cosas y sobre todo que ha sido a lo largo de los años tan generoso con nosotros".