AC/DC sigue siendo una usina de música y dinero. La banda de rock australiana no se conforma con
la exitosa gira mundial presentando su último CD “Black Ice” que los traerá a la
Argentina con tres shows en River, el 2, 4 y 6 de diciembre, sino que esta semana ofrecerá para sus
sus fans grabaciones inéditas en su nuevo disco, “Backtracks”, que incluye una
recopilación de rarezas, versiones en vivo y temas poco conocidos de su discografía, en audio y
vídeo, además de una caja con forma de amplificador de guitarra en la edición de lujo del
trabajo.
La extensa colección de rarezas de estudio y en vivo de la banda de hard rock liderada por el
guitarrista Angus Young y el cantante Brian Johnson tendrá un sonido remasterizado e incomparable,
con muchas de sus canciones editadas en CD por primera vez.
Entre las grandes ventajas de una carrera de 35 años se encuentra, sin duda, el fondo de
armario, ese hueco olvidado en el que aparecen regalos como los que AC/DC reunió en
“Backtracks”, un compendio con alto valor para coleccionistas. Es inútil hablar de
“ediciones definitivas” cuando se hace referencia a grupos como AC/DC, ya que sus
inéditos y caras b podrían completar una discografía de varios volúmenes.
La edición estándar incluye un primer CD, integrado por tomas de estudio inéditas, y un segundo
disco con grabaciones en vivo que, tras muchos años circulando en forma de copias pirata, ven ahora
la luz con un sonido limpio y pulido.
El ambiente de estudio baña el primero de los CDs, con unos instrumentos nítidos y poderosos
que, a veces, pasan por encima de Bon Scott y Brian Johnson en canciones como “Stick
around”, “Love song”, “Big gun” o “Cyberspace”.
Pieza clásica del folclore australiano, “Fling thing” suena en clave instrumental
para dibujar un bar donde brindar entre amigos, mientras que “Crabsody in blue” atrapa
el gusto por el rock más clásico entre explosiones musicales intermitentes.
El segundo disco, consagrado a las grabaciones en shows, aglutina temas interpretados en
recitales memorables. Tal es el caso de “Dirty deeds”, grabada en el Festival de Sidney
de 1977, o el “Shot down in flames”, en el Hammersmith Odeon de Londres en 1979. Como
si de un trueno se tratase, “Let there be rock” ensordece hoy los oídos como les debió
ocurrir a los espectadores reunidos, el 21 de diciembre de 1981, en el Capitol Center de Landover,
donde también retumbaron “Back in black” y “T.N.T.” Como anécdota, la
curiosa versión de “Highway to hell” grabada en el Tushino Airfield de Moscú en 1991,
donde la voz de Brian Johnson tembló como unas castañuelas, no se sabe si debido a la emoción o al
frío.
El DVD, por su parte, es el tercer volumen de “Family jewels”, la compilación de
shows, videoclips y actuaciones en televisión que el grupo publicó en 2005. Si en los ejemplares
anteriores se echaron de menos dos clásicos como “Highway to hell” y “Dirty
deeds”, la omisión ahora queda subsanada con versiones en vivo y en videoclip. “Big
gun”, “Hard as a rock”, “Stiff uper lip”, “Safe in New York
city” o “Rock ’n’ roll train” son algunos de los vídeos que contiene
el DVD, rematado con “Jailbreak”, “You shook me all night long” o
“Guns for hire”.
Para los más nostálgicos queda la oportunidad de ver a Bon Scott cantando “Highway to
hell” en un videoclip que, realizado con un gusto más que dudoso, también permite comprobar
lo bien que ha tratado el paso del tiempo a Angus Young.
También un libro
Hace 150 millones de discos, AC/DC era un grupo de
jóvenes australianos desconocidos con ganas de devolverle al rock su espíritu proletario. Desde
entonces pasaron tres décadas y media que Murray Engleheart y Arnaud Duriex radiografían en el
libro “AC/DC. Hágase el rock and roll”, que sirve de preámbulo a la nueva gira de la
banda.