Lamentablemente todavía hay gente en la parte de salud que hace cualquier cosa para afiliar empleados. El 18 de noviembre 2009 se acercó un promotor a ofrecer los servicios de la obra social Ospat, pintándola como maravillosa y prometiendo millones de cosas. Optamos, junto a mi grupo familiar, por afiliarnos a la misma ya que no debíamos pagar diferencia con la que teníamos antes. Pasado dos meses no tenía novedad sobre nuestra afiliación. Es más, tuve que llamar por teléfono para enterarme de la gran noticia: resultó ser que mi solicitud, junto a la de otros compañeros de trabajo, había sido rechazada por no dar el capital de mi sueldo. Pero Juan, el promotor, nos había dicho que el sueldo no tenía nada que ver. Estamos en la Argentina y aquí todo puede ser, más aún en la parte de salud. Por eso les abro los ojos: tengan cuidado al elegir las obras sociales, más aún cuando tengan hijos chicos, porque todavía existe gente como la de la obra social Ospat, que engaña para poder atrapar afiliados.