El conductor de televisión Luis Majul queda expuesto en la serie de Netflix por la muerte del fiscal Alberto Nisman debido a que queda pegado a las operaciones del ex espía Antonio “Jaime” Stiuso. A Majul lo muestran mientras difunde al aire las escuchas telefónicas de Cristina Kirchner y Oscar Parrilli que fueron ilegales y que nunca aclaró cómo las consiguió. Antes de las escuchas, la serie muestra al periodista Rodis Recalt, quien sostiene que Stiuso se vengaba de Cristina Kirchner difundiendo escuchas telefónicas. Luego el documental muestra al ex fiscal Luis Gabriel Moreno Ocampo, quien afirma que Stiuso trabajaba para el entonces gobierno de Mauricio Macri. Y segundos más tarde, Majul presenta las escuchas contra Cristina Kirchner. El periodista nunca dijo quién le entregó los audios, aunque manifestó que se los encontró “corriendo por los bosques de Palermo”. Todo muy extraño.
Festival de pase a planta permanente
Dos días antes de las elecciones primarias del 11 de agosto, el ex director de la Agencia Federal de Inteligencia ( AFI) Gustavo Arribas ordenó el pase a planta permanente de 473 espías dentro del organismo, revelaron desde la intervención del organismo, a cargo de Cristina Caamaño. Ese número representa casi un tercio del total de la plantilla de empleados de la AFI. La formalización de espías realizada por Arribas en 2019 se extendió incluso después de las Paso, cuando su continuidad estaba comprometida por el resultado electoral. Cuatro días antes de las elecciones del 27 de octubre fueron oficializados otros 38 empleados y cinco días antes de dejar la AFI, en diciembre, otros 12, según detallaron las fuentes oficiales. En total, Arribas firmó el pase a planta de 523 agentes desde agosto pasado, lo que representa gastos del Estado por casi 31 millones de pesos mensuales. La intervención de la AFI, que fue ordenada hace dos semanas por Alberto Fernández, deberá decidir en las próximas horas el futuro de estos espías. El decreto firmado por el presidente, incluso, autoriza a la interventora Caamaño a disponer el pase a disponibilidad de estos empleados si lo considera necesario para normalizar la situación dentro del organismo. Arribas -íntimo amigo de Mauricio Macri- y su segunda, Silvia Majdalani, dejaron la central de espionaje con acusaciones de haber incumplido la ley nacional de inteligencia. Durante el gobierno macrista se denunció que, bajo la órbita de la AFI, se llevaron operaciones de espionaje ilegal y acoso judicial contra opositores. Uno de los casos más visibles es el caso D’Alessio, la investigación judicial tramitada en Dolores que podría dejar al descubierto algunas maniobras ilegales ejecutadas por ex comisarios retirados -según la imputación- y contratados por ese organismo.