En la última carrera de su vida se lo vio más feliz que nunca
Juan Marcos Angelini, o sólo "el Tati" como todo el mundo lo reconocía, siempre estaba con una sonrisa.

Lunes 24 de Septiembre de 2018

Había atendido a todos los medios de prensa que lo requirieron. A todos los hinchas de Dodge o simplemente del TC que lo buscaron para una foto. Juan Marcos Angelini, o sólo "el Tati" como todo el mundo lo reconocía, siempre estaba bien dispuesto, siempre con una sonrisa debajo de esos lentes que usaba permanentemente, adentro y afuera del habitáculo de esa Dodge número 18 fácilmente identificable por su blanco y los apoyos de costumbre. Este año, hasta el equipo tenía su nombre: el Angelini Corven Racing. Y en Paraná, al cabo la última carrera de su vida, se lo vio más feliz que nunca. Había recuperado competitividad, había logrado llegar hasta los 3 de Ultimo Minuto, había subido a un podio después de mucho tiempo con el 2º puesto, finalizando en los escapes del Ford de Matías Rossi. Y pese a su cansancio por una jornada extenuante, en que a la mañana había ganado la serie doblegando en la largada nada menos que al local Mariano Werner, le quedaron tiempo y ganas para charlar un rato con Ovación dentro de su box, donde confesó que se ilusionaba con pelear el título.

"Vení, pasá que vamos a estar más cómodos acá en la sala de ingenieros", invitó, mientras ofrecía a su vez: "Comete una hamburguesa", señalando una bandeja con varias de ellas preparadas para los muchachos del equipo. Y después se secó la transpiración y habló de su brillante carrera. Varias de sus declaraciones salieron en la crónica del día siguiente, el lunes 10 de setiembre, junto al relato de la actuación de los pilotos de la región, tal cual es la modalidad de la sección Deportes. Y al final de las mismas pidió: "Avisame cuando salga en Ovación". Vaya la reproducción de una parte de la nota como un pequeño homenaje al gran representante de Carreras en el automovilismo nacional, de apenas 31 años, de quien al conocer la triste noticia ayer por la tarde, quedó totalmente impactado, sin palabras.

—Entre todas las notas que diste hoy te escuché decir: "Aparecimos" ¿Fue realmente así?

—Sí, tal cual. Venimos en un año con muchos altibajos. Empezamos bien pero nos caímos significativamente. Hace un par de carreras que el auto venía funcionando mejor. En Rafaela estuvimos sólidos pero tuvimos un problema con el motor. En Buenos Aires veníamos con el uno en los entrenamientos pero en la primera vuelta se rompió una biela y quedé con las manos vacías. Y en Paraná caímos bien de entrada. Trabajamos muy finos desde el comienzo, logramos un buen tiempo clasificatorio y en la serie se la peleé a Mariano (Werner) con una tijera en la curva 1, pude ganarla y así largar bien adelante la final. En la carrera avancé sobre Mauricio Lambiris y después del relanzamiento (por el accidente de Martín Serrano) sabía que podía ir por Rossi también. Puse todo, no fue fácil, fui al límite y faltando dos vueltas se me fue un poco el auto y no pude ganar, pero me quedé muy conforme. Esto me da tranquilidad para lo que resta del año.