El Concejo Municipal de Casilda sancionó una ordenanza que fija onerosas multas contra quienes realicen reuniones sociales no autorizadas en el marco de las restricciones impuestas por la pandemia.
Por Gustavo Orellano
La policía desactivó varios encuentros sociales en las últimas semanas.
El Concejo Municipal de Casilda sancionó una ordenanza que fija onerosas multas contra quienes realicen reuniones sociales no autorizadas en el marco de las restricciones impuestas por la pandemia.
La iniciativa, impulsada por el edil radical Mauricio Plancich y aprobada por unanimidad, prevé sanciones económicas que van desde los 3 mil a 20 mil Unidades Fijas (UF), cuyo valor por unidad equivale al precio de un litro de nafta súper que en Casilda es de 99.10 pesos.
Ello significa que los infractores se verán obligados a pagar entre 297.300 pesos y 1.982.000 pesos. Y los montos serían aún mayores de registrarse un nuevo incremento de los combustibles líquidos mientras rija la normativa, que tendrá una vigencia de 90 días a partir de su promulgación.
Lo recaudado por las multas impuestas a titulares de locales o inmuebles donde se realicen este tipo de actividades prohibidas será destinado a efectores públicos de salud para el “combate de esta enfermedad que se está llevando la vida de muchos casildenses”.
Así lo establece la ordenanza que apunta a desalentar las fiestas clandestinas en la ciudad cabecera del departamento Caseros no solo porque van a contramano de las disposiciones vigentes sino, fundamentalmente, al ser consideradas riesgosos focos de contagio.
Entre los fundamentos de lo normado se destaca, precisamente, que “la gran cantidad de fiestas clandestinas que se han realizado en época de pandemia” trajeron “consecuencias nefastas” para la ciudad desde el punto de vista sanitario.
Por esa razón, el deliberativo casildense consideró necesario crear y poner a disposición del Ejecutivo municipal “una norma local que penalice la celebración de estas fiestas siendo que esto excede el Código de faltas provincial y el Código penal de la Nación”.
“Esta normativa busca poner coto a conductas irresponsables que atentan contra la salud y la vida de los casildenses”, dijo Plancich a La Capital. Y en esa misma línea lamentó que “todavía haya gente que realice fiestas o encuentros sociales en este crítico contexto de pandemia” que pone en jaque al sistema sanitario.
Sin ir más lejos, este fin de semana la policía tuvo que desactivar dos fiestas clandestinas en domicilios particulares. Una de ellas tuvo lugar en calle Fray Luis Beltrán al 1200 y la otra en Cerrito a la misma altura, con la presencia de decenas de jóvenes.
Si bien la sancionada norma regirá por tres meses, Plancich no descartó la posibilidad de introducir una prórroga “en caso de que la situación epidemiológica así lo amerite”, puntualizó.
“Estamos convencidos _concluyó_ que esta herramienta (legislativa) contribuirá a desalentar estos comportamientos y velar por el cumplimiento de las restricciones impuestas para frenar el avance de la segunda ola de la pandemia”.
La curva de contagios y de muertes por Covid-19 en Casilda sigue siendo preocupante. El último reporte epidemiológico de anoche registró 10 nuevos casos positivos que elevaron a 4.188 el número de infectados desde que comenzó la pandemia. De ese total ya se recuperaron 3.820 personas y murieron 106.
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