Sebastián Peratta tenía necesidad de hablar. Lo hizo el día posterior a que se hiciese oficial su salida como director deportivo de Newell’s. Durante la conferencia que brindó ayer, con vehemencia defendió la labor que emprendió en agosto de 2018, recordando que a su llegada al club no había “una estructura de fútbol definida”. Aseguró que, a partir de la tarea emprendida, “el plantel se capitalizó y los jugadores del club subieron a primera”, y resaltó que hubo un mejora en el fútbol infantil, las inferiores y en la reserva. “Ayudamos a que Newell’s avance”, sostuvo el ex arquero, para agregar que siempre fue blanco de las críticas y lo adjudicó a las disputas políticas. “El problema de Newell’s es la política”, dijo.
¿Cuáles son tus sensaciones tras dar un paso al costado?
Nunca es lindo irse de un lugar que uno quiere. Pero lo tomo con tranquilidad.
¿Costó mucho la decisión?
No, porque no es de ahora. Todo el trayecto fue bravo. Me queda la alegría de haber ayudado.
Tu última elección fue la contratación de Germán Burgos, con tu ida, ¿está decidió que él no continúe?
Si algo expliqué un montón de veces es que las decisiones las toma Newell’s, no una persona.
¿Te sorprendió el estilo de juego que propuso Burgos?
Los entrenadores resuelven situaciones en la cancha de la mejor manera que piensan. No se le pregunta qué va a hacer o que no de acá a tres meses.
¿Pidieron que te quedes Cristian D’Amico (vice) y Lucas Bernardi (candidato a director deportivo)?
No. Lucas es amigo mío. Cristian siempre bancó políticamente mis decisiones, desde el momento en que me solicitó venir al club. Respeta mi decisión, porque para mí era insostenible, desde lo humano sobre todo.
¿Cuál es el análisis de tu trabajo y cuánto te afectó lo vivido en los últimos tiempos?
¿Por qué en los últimos tiempos?
¿Los cuestionamientos no fueron mayores últimamente?
No. A lo mejor los últimos resultados reavivaron otras cosas. Pero fue siempre igual la situación conmigo, muy hostil. Habrá habido un veranito después de lograr superar el objetivo primordial que era zafar del descenso la temporada pasada.
¿Y en cuanto al balance de tu gestión?
Cuando me presenté dije muy claro a qué venía. Newell’s no tenía una estructura de fútbol definida, y mi función principal era esa. Y estoy satisfecho, más allá de que me quedan un montón de sinsabores. Cuando llegué no había coordinador de inferiores y el fútbol infantil era el mismo de hace 40 años. Y el fútbol infantil, las inferiores y la reserva se mejoraron. La primera también, pese a que los últimos resultados post inicio de pandemia fueron malos. El reclamo que había era que Newell’s no tenía referentes. Y el club generó las condiciones para que vuelven. Se traían 12 refuerzos por mercado y se dejó de hacer en esa cantidad porque ahora juegan los juveniles. Se traían futbolistas de equipos descendidos y pasamos a pelear en el mercado por jugadores de jerarquía. Sacando los resultados de la primera, no creo que hayamos errado en los que llegaron. Todos querían que vuelva Lema. El Churry (Cristaldo) fue importante para nosotros. El plantel se capitalizó y los jugadores del club subieron a la primera. Se generaron las ocasiones para que pase esto. Hoy Sforza es el número cinco, pero en un año y medio hubo que sacarles cinco que tenían adelante.
¿Sentís que si las elecciones no hubiesen estado en el medio, la cosa hubiese sido distinto?
Yo vivo las elecciones desde hace dos años y medio. Fui un pelotudo cuando traje a Lema porque era un 2 de Uruguay. Lo fui también cuando Lema se fue porque el club no tenía 2 millones de euro para comprarlo y cuando lo convencimos de volver porque estábamos hipotecando el club. No es la gente, es la política. La verdad es que le hace muy mal al club, porque condiciona las negociaciones, todo. Y no gana nadie.
¿Considerás que tu sucesor debe tener un vínculo con el club?
Siempre es importante. Será una decisión del club. Lo que me alegra es que quien ingrese no tendrá que empezar de cero. Hoy el club está organizado futbolísticamente. El fútbol infantil tiene un segundo predio y los chicos cuentan entonces con otro lugar para jugar en Newell’s. El fútbol juvenil formaba jugadores y faltaba que se inserten en primera. En estos dos años y medio fueron más los juveniles que lo hicieron que los refuerzos que trajimos. Todo eso lo tuve que desarrollar yo con un montón de compañeros, en las condiciones que el club podía. Nos fue muy bien, como en el mercado de pases que todos decían que era bisagra en la historia de Newell’s para el campeonato 2019, pero después ya no importó. Cuando llegué había un solo jugador de Newell’s en el equipo titular, Héctor Fértoli. Hoy tenemos la mitad del club. Obvio que me quiero matar por perder la Copa Argentina, pero mi trabajo es otra cosa. El modelo del club es poner juveniles y no traer 15 refuerzos.
¿Por qué entonces el trabajo se trasladó en forma negativa a la primera?
Las cosas salieron mal. El equipo no encontró el funcionamiento, ni con Burgos ni con Kudelka. El club dio el máximo de posibilidades en la organización del plantel, al que banco porque considero que es bueno.
¿La opinión del hincha los condicionó para que vuelvan jugadores de la casa?
No, siento que el fútbol es todo, los hinchas también, y que hay que encontrar un equilibrio. El 90 por ciento de mis decisiones fueron impopulares, como cuando había que cambiar la conducción del fútbol infantil, en donde estaba Ariel Cozzoni, que es un ídolo, o cuando vino Ezequiel Borrelli (a coordinar las inferiores) o Fede Hernández a la reserva. O Kudelka, que nadie imaginó que iba a venir. Ayudamos a que Newell’s avance. Los objetivos se superaron. A mi la gente de Newell’s siempre me trató bien, y cuando tuvieron que criticar, lo hicieron y no hay problema. El tema es que la política contamina todo y a todos. Hay que dejar de incendiar al club ante cada cosa que sale mal. El problema de Newell’s es la política. Hasta que no se pongan de acuerdo, el club no va a poder salir adelante.