Estados Unidos llamó a israelíes y palestinos a negociar de "buena fe" para lograr un "compromiso razonable", al dar por inauguradas las nuevas conversaciones de paz directas entre ambas partes anoche en Washington, después de estar congeladas desde hace casi tres años. El escepticismo de los analistas, sin embargo, es casi unánime sobre los resultados, dadas las distancias de partida que separan a ambas partes.
Con su apuesta por una diplomacia discreta, el secretario de Estado, John Kerry, alcanzó la semana pasada, durante su sexto viaje a la región, un acuerdo para la reanudación de las conversaciones. Estas estaban congeladas desde septiembre de 2010. Así, invitó personalmente al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a enviar a sus representantes a Washington. Las dos partes accedieron a negociar por al menos nueves meses, según un comunicado del Departamento de Estado. "Acordaron trabajar juntos a lo largo de ese tiempo", dijo la portavoz Jen Pskai, aunque advirtió que no se trata de una fecha tope. "Vamos a hacer todo lo posible por llegar a un acuerdo dentro de ese marco de tiempo, pero no es una fecha límite", dijo Kerry.
Las últimas negociaciones de paz fueron cortas debido a la decisión de Israel de continuar la colononización en Cisjordania y Jerusalén Occidental.Esta vez, las negociaciones serán dirigidas por la ministra de Justicia Tzipi Livni por la parte israelí y por el negociador en jefe Saeb Erakat por parte palestina, con la presencia permanente de altos responsables estadounidenses. Livni y Erekat se reunieron anoche en Washington para afinar detalles, pero la verdadera ronda de negociaciones se dará hoy. "Va a ser muy duro y problemático", advirtió Livni a los reporteros antes del inicio de la ronda.
"Se trata de una etapa importante y esperamos poder tomar la oportunidad facilitada por los esfuerzos del gobierno estadounidense para lograr un acuerdo de paz durable y justo", declararó con mucha diplomacia el negociador palestino Erekat.
El diario israelí Yediot Aharonot rechazó la liberación de los palestinos en su primera página: "Los asesinos van a ser liberados", tituló. Los nombres de los prisioneros no se han hecho públicos, pero la lista incluirá a asesinos de mujeres y niños israelíes, según los medios. "Aquí estamos de nuevo", titulaba el conservador Jerusalem Post. "Los asesinos van a ser recibidos como héroes en Hebrón, Ramallah y Jenín", deploraba. Sólo el diario progresista Haaretz recibió con optimismo la decisión: "El gobierno israelí decidió mirar la realidad a la cara", afirmó.
Por otro lado, antes de aprobar la liberación de los prisioneros palestinos el gabinete israelí había adoptado un proyecto de ley que prevé un referéndum en caso de lograr un acuerdo de paz. Esta sería la última etapa necesaria para ratificar un eventual acuerdo, tras la aprobación del gobierno y después de la del Parlamento. En suma, una verdadera carrera de obstáculos.
Del lado palestino no abundan tampoco la tolerancia ni el optimismo. Una importante facción de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP, oficialista) rechazó las negociaciones. El Frente Popular para la Liberación de la Palestina (FPLP), de izquierda radical, afirmó que la decisión no había recibido el apoyo de toda la OLP y que era un "gesto individual" de Abbas.
Y desde Ramallah, la capital de la Autoridad Palestina, llegaba una clara advertencia. El encuentro en Washington no es para hablar sobre un acuerdo de paz, sino sólo de las condiciones para iniciar conversaciones de paz, declaró el portavoz palestino para el proceso negociador, Yassir Abed Rabbo. "Hay aún cuestiones de procedimiento y temas políticos que tienen que estar aclarados obligatoriamente para ambas partes antes de que comiencen las verdaderas negociaciones en Medio Oriente", precisó.