Tras meses de letargo y golpeada por la reciente pérdida de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), la oposición venezolana convocó este sábado a participar de manera presencial en una consulta que se ha desarrollado en los últimos cinco días por Internet y una aplicación móvil. La consulta popular busca evidenciar la impopularidad del presidente Nicolás Maduro y de su régimen, pese a la victoria que logró en las recientes elecciones parlamentarias del domingo 6 de diciembre, en las que no se presentó la oposición por falta de garantías y que no fueron reconocidas por más de 50 naciones democráticas.
En diferentes puntos de Caracas así como en otras ciudades del interior y en más de 50 países se desarrolla la consulta popular, que no tiene validez legal pero que es un recurso de la oposición para medir sus fuerzas. Asimismo, procura obtener el aval de la comunidad internacional para que siga reconociendo al Congreso de mayoría opositora y a su líder, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela luego que culmine el actual período parlamentario el 5 de enero. Tanto Estados Unidos como la OEA han dado su respaldo a la consulta opositora.
El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, Benigno Alarcón, dijo a la agencia AP que la iniciativa le servirá a la oposición para "contarse" y "demostrar que se tiene el apoyo de una mayoría''. Alarcón indicó que en la medida que la participación sea elevada habrá "más posibilidades de que algunos países les resulte más fácil seguir reconociendo a Guaidó y en la medida de que el conteo sea más bajo se vuelve más difícil seguir reconociéndolo''.
La consulta inició con escasa afluencia de personas en algunas zonas de Caracas y el interior de Venezuela, pero luego pudieron verse filas considerables de ciudadanos que esperaban para depositar su boleta. Sin mencionar cifras, Guaidó se mostró satisfecho por la asistencia y dijo en declaraciones a la prensa que "hemos visto muchísima participación''. Explicó que es un proceso "artesanal'' que se realizó con las "herramientas de los ciudadanos'' en medio de amenazas y agresiones del aparato represivo del Estado, y citó como ejemplo un incidente que se registró en el estado occidental del Zulia, donde seguidores del gobierno agredieron a voluntarios que estaban en una mesa de votación y robaron el material electoral.
Al ser preguntado sobre la afirmación que hizo Maduro de que la consulta no es legal, el dirigente respondió que el mandatario "difícilmente pueda hablar de legalidad''. Maduro no es reconocido como presidente legítimo por gran parte de la comunidad internacional democrática desde que fue reelegido en unas elecciones muy cuestionadas en 2018.
En una calle del barrio de clase media El Hatillo, en el este de la capital, opositores instalaron un improvisado centro con algunas mesas y pequeñas cajas de cartón para depositar los votos. Entre los primeros participantes estaba José Andrade, un comerciante de 52 años, quien afirmó tras sufragar que espera que con la consulta se logre "una ayuda internacional para poder salir de este régimen. Todo lo que tenga que ver en contra del régimen lo vamos hacer... algo tenemos que hacer para salir de esta crisis'', agregó.
En contraste, Jhony Alvarez, un topógrafo 40 años, señaló que no participaba de la consulta porque se sentía descontento con los políticos de ambos bandos. "Lo que me queda es trabajar", indicó. "Si yo no trabajo no como. A mí los políticos no me dan nada''.
Desde Bogotá, el dirigente y comisionado de Guaidó, Leopoldo López, dijo a la prensa luego de votar que la oposición utilizará la consulta para organizarse, e instó a la comunidad internacional a unificarse entorno a un proyecto común para lograr a libertad en Venezuela.
La consulta se realiza escasos días después de las elecciones legislativas, que fueron cuestionadas por la mayor parte de la comunidad internacional y en las que los candidatos de Maduro ganaron sin dificultades 253 de los 277 escaños y recuperaron así el control del Congreso que habían perdido hace cinco años. Era el único organismo bajo control de la oposición. La abstención sin embargo fue récord histórico, algo admitido incluso por el gobierno chavista.
Las principales fuerzas opositoras llamaron a boicotear la elección del 6 de diciembre, alegando que era un fraude, lo que le facilitó el camino al oficialismo. Pero a la vez muchas fuerzas políticas tradicionales vieron cómo el Tribunal Supremo les retiraba sus avales y registros, de manera que aún si hubiesen decidido participar en las votaciones no hubiesen podido hacerlo. Algunas organizaciones forlmamente opositoras minoritarias y que son afines al gobierno, a las que el Tribunal Supremo les entregó el control de los partidos históricos Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular, participaron de las elecciones, usurpando así esas siglas opositoras.
La abstención en las elecciones legislativas fue 69,5%, según las autoridades electorales, y superior al 80% según la oposición. Es obvio que el gobierno cuenta con escaso respaldo popular, más allá de su victoria, lograda con escasos votos en comparación histórica con otras elecciones similares. De hecho, el domingo 6 de diciembre, predominaron los centros electorales casi vacíos, y los números finales de participación y votos a favor que presentó el régimen aún siendo bajos, resultan difíciles de creer frente a esa realidad que vieron todos los venezolanos.
Encuestadoras locales han estimado que el desánimo de los venezolanos, agobiados por la recesión y la hiperinflación, también se reflejará en el referendo opositor con una alta abstención, pero los organizadores aseguran que durante los cinco días que se ha desarrollado la consulta por Internet la participación ha sido importante.
Durante este año la oposición ha tenido que batallar con fracturas internas y un creciente desánimo de sus seguidores, quienes se sienten frustrados porque no les cumplieron la promesa de los dirigentes de "sacar a Maduro del poder". Un planteo claramente fuera del alcance del "presidente encargado" Guaidó. La relación de fuerzas es despareja, y la persecución y acoso del aparato represivo chavista desgastan a muchos militantes y dirigentes. De ahí la ruptura del sector de Henrique Capriles, muy crítico con la actitud de Guaidó como si fuese efectivamente el jefe del Estado en ejercicio. Sus poderes reales son casi inexistentes, y Capriles subraya constantemente este punto débil. El descontento se ha reflejado en la pérdida de respaldo a Guaidó, quien cuenta con un apoyo popular cercano a 25%, según algunas encuestas.
La iniciativa opositora arrancó el 7 de diciembre a través de la aplicación Voatz, un portal de Internet y el sistema de mensajería Telegram. En el referendo se pregunta a los venezolanos si están a favor de exigir el "cese de la usurpación'' de la presidencia de Maduro, sobre el rechazo de los comicios legislativos del 6 de diciembre y si ordenan ejercer gestiones ante la comunidad internacional para rescatar la democracia y atender la crisis humanitaria.