Una junta de investigadores internacionales concluyó hoy en Holanda que el vuelo MH17 de Malaysia Airlines que se estrelló en el este de Ucrania el 17 de julio de 2014 fue derribado con un misil antiaéreo Buk que procedía de Rusia.
Según las conclusiones a las que llegó el Equipo de Investigación Conjunto en Utrech, el proyectil fue disparado por los rebeldes prorrusos el sur de Snizhné, en el este de Ucrania, y la rampa de lanzamiento fue trasladada después de vuelta a Rusia.
"Podemos demostrarlo de forma convicente"
En rigor, precisaron que el misil tierra-aire habría sido lanzado desde una zona de cultivo cerca de Pervomaiskyi, controlado en ese momento por los separatistas prorrusos. "Podemos demostrarlo de forma convincente", dijo el investigador jefe del JIT, Fred Westerbeke, en una rueda de prensa, sin dar detalles.
Las conclusiones se basan en la evaluación de imágenes satelitales e informaciones del servicio secreto, así como en el análisis de miles de piezas de restos del avión y medio millón de videos y fotografías, según Westerbeke.
Además, el equipo escuchó 150.000 llamadas telefónicas interceptadas. De hecho, uno de esos audios fue reproducido en la rueda de prensa como prueba de que los rebeldes prorrusos pidieron el lanzamiento del misil.
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El flaperón hallado en la isla Reunión sería la evidencia más fuerte de que el Boeing 777 fue "planeando" sobre el océano.
El informe, que buscaba determinar el tipo y origen del misil, no precisó nombres de los responsables pero ya le fue notificado a los familiares de las víctimas previo a la divulgación. Y si bien las investigaciones no están cerradas, la Fiscalía señaló a 100 sospechosos que habrían participado en el derribo, de los que algunos ya habrían sido identificados.
Por su parte, Rusia negó cualquier responsabilidad acerca del lanzamiento del misil y, en cambio, acusó a Ucrania al considerar que la investigación está "políticamente motivada".
"Los investigadores continúan ignorando pruebas irrefutables de Rusia pese al hecho de que Moscú es quien está suministrando la única información creíble y divulgando sus nuevos datos", señaló en un comunicado el Ministerio de Exteriores ruso a través de la portavoz Maria Zajarova.
En ese sentido, añadió: "Para nuestros colegas occidentales se ha convertido en norma designar arbitrariamente a un culpable e inventar los resultados deseados".
En tanto, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que nuevos datos de radares rusos demuestran que el misil no fue disparado desde territorio de los separatistas y dijo que dispone de "pruebas irrefutables".
Además, exigió que los investigadores tomaran en consideración sus propios datos, que están siendo ignorados. Desde que ocurrió la tragedia, Moscú ha defendido versiones contradictorias sobre el suceso y siempre anunció nuevas pruebas cuando estaba a punto de publicarse un informe oficial sobre el suceso.
En la investigación penal trabajaron Malasia, Ucrania, Bélgica y los Países Bajos, dirigidos por la Fiscalía holandesa, ya que la mayoría de las víctimas eran de ese país.
La investigación técnica presentada en octubre de 2015 había concluido también que el avión había sido derribado por un misil de defensa antiaérea de origen ruso.
Tanto Rusia como Ucrania niegan ser responsables del derribo del Boeing 777 que sobrevolaba Ucrania cubriendo la ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur, en el que murieron las 298 personas que viajaban a bordo.