Los Cabos, México. — Europa se lanzó al contrataque en la cumbre del G-20 en este balneario mexicano, y advirtió que no ha venido a Los Cabos "a recibir lecciones de nadie", ante la incertidumbre que domina sobre la estabilización de la Eurozona. Con el trasfondo de alivio que implicó el resultado de las elecciones griegas, los líderes europeos pusieron los puntos sobre las íes a sus colegas asiáticos y americanos. Pero a la vez se conoció el borrador de declaración final, en el que la Eurozona se compromete a tomar el toro de la crisis por las astas.
Réplica irritada. "No hemos venido aquí a recibir lecciones de nadie", disparó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso. Barroso no pudo disimular su molestia cuando un periodista canadiense le preguntó por qué el mundo tenía que ayudar con recursos a la rica Europa, cuando muchos piensan que el liderazgo europeo carece de credibilidad. "Esta crisis no se originó en Europa, esta crisis se originó en Norteamérica y muchos de nuestros sistemas financieros fueron contaminados por prácticas no ortodoxas", replicó Barroso.
En concreto, en la primera jornada se vio el previsto empeño genérico de impulsar "el crecimiento y el empleo", y una idea más concreta de frenar el círculo vicioso entre bancos en problemas y gobiernos con déficits. La presión que rechazó Barroso proviene de Estados Unidos, preocupado por sufrir en su economía una nueva recesión europea, pero también de China y el resto de los emergentes.
Los BRICS, en tanto, se comprometieron a aumentar el capital del Fondo Monetario Internacional (FMI) para crear un "cortafuegos" contra la crisis europea. Es también una manera de aumentar su participación accionaria en el Fondo. Un funcionario del G-20 dijo que se espera que China aporte 60.000 millones de dólares, e India y Brasil 10.000 millones cada uno.
El domingo, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, había dicho que todos estaban esperando que Europa "diga qué va a hacer. Todo el mundo sabe que este encuentro se produce en un momento absolutamente clave". La canciller alemana Angela Merkel replicó ayer que no todo depende de Europa: "Cada continente deberá hacer su aporte. Aquí en la cumbre del G-20 todos tendrán que hacer sus deberes". "No somos los únicos que podemos ser llamados responsables de los actuales problemas", apostilló a su turno el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. "Las reformas llevan tiempo", dijo, porque "no se trata sólo de apagar incendios". Mientras que los países del euro tienen que resolver sus desequilibrios internos, otros deben "corregir los desequilibros externos", agregó.
El hecho es que la Eurozona se comprometerá hoy ante el G-20 a tomar "todas las medidas necesarias" para salir de su crisis, según un borrador de la declaración final. "Ante el escenario de nuevas tensiones en los mercados, los miembros del área euro tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y estabilidad del área, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y romper la vinculación entre el riesgo bancario y el riesgo soberano", señala la declaración aún no presentada oficialmente.
EEUU y Asia. Desde países como China, Estados Unidos e India, hubo palabras a favor de trabajar de manera coordinada y cooperativa con Europa, aunque está claro que la presión sobre el Viejo Continente es cada vez mayor. Los presidentes Hu Jintao y Barack Obama declararon en México que se deben buscar soluciones pronto. "Se ha centrado la atención en Europa y ha llegado el momento de asegurarnos de que todos estemos unidos para hacer lo necesario, para estabilizar el sistema financiero mundial y evitar el proteccionismo", dijo Obama. "La economía mundial está en grandes problemas. Espero que del G-20 puedan emanar propuestas constructivas para sacar al mundo de esta crisis", declaró a su vez el primer ministro de la India, Manmohan Singh.