París.— El ministro de Cultura francés, Frederic Mitterrand, quedó envuelto
en un escándalo sexual después de que se revelaran detalles de su autobiografía, en la que reconoce
que pagó dinero para mantener relaciones con jóvenes tailandeses. Si bien el libro se publicó en
2005, cuando él no ocupaba el cargo, los pedidos de renuncia y las críticas de políticos tanto de
derecha como de izquierda podrían causar una crisis en el gabinete del presidente Nicolas
Sarkozy.
El escándalo salió a la luz cuando la líder del ultraderechista Frente Nacional,
Marine Le Pen, leyó pasajes del libro de Mitterrand en la televisión francesa y exigió su dimisión.
Los socialistas se sumaron de inmediato al pedido.
El Frente Nacional admitió que buscó posibles conductas inapropiadas en la vida
de Mitterrand tras su encendida defensa la semana pasada del director de cine Roman Polanski,
detenido en Suiza debido a las acusaciones que pesan en su contra en EEUU, por haber cometido
estupro con una adolescente de 13 años en 1977 en Los Angeles.
Polanski está prófugo desde hace más de 30 años de la justicia estadounidense,
que ha reclamado su extradición a las autoridades helvéticas.
Políticos franceses de todos los partidos criticaron a Mitterrand por su ataque
a EEUU, que según dijo ha mostrado una cara "aterradora" al perseguir a Polanski después de tanto
tiempo.
"La mala vida". El libro de Mitterrand, titulado "La mauvaise vie" (La mala
vida), describe desdichados períodos en su niñez y su homosexualidad. Las experiencias narradas
están presentadas como una mezcla de autobiografía directa y reflexión más onírica.
"Adopté la costumbre de pagar por chicos", escribió Mitterrand, añadiendo que su
atracción por jóvenes prostitutos continuó, incluso aunque conocía "los sórdidos detalles de este
tráfico".
"Todos esos rituales del mercado de jóvenes, el mercado de esclavos, me
excitaban enormemente (...) la abundancia de chicos jóvenes muy atractivos y disponibles
inmediatamente me ponía en un estado de deseo", agregó.
El ministro aseguró anoche en un programa de televisión que, si bien pagó por
mantener relaciones sexuales, jamás las tuvo con menores. Y también condenó "absolutamente" la
práctica conocida como "turismo sexual".
Problemas internos. Mitterrand es el sobrino del ex presidente socialista
François Mitterrand, y forma parte del gabinete de centroderecha de Sarkozy desde junio.
Aunque no es socialista, su apellido aún suena en Francia y tiene mucho peso.
Sarkozy estuvo encantado de tenerlo a bordo, pero ahora se enfrenta al malestar de su propio
partido, el UMP, sobre su elección como ministro.
Un colaborador cercano a Sarkozy, Henri Guaino, fue solidario con Mitterrand.
"El debate político francés a veces toma una forma patética. Es excesivo y bastante indigno",
señaló Guaino. Al preguntarle si el ministro debía dimitir, dijo: "Cuando hay una polémica como
ésta, con tanto retraso, no creo que deba haber consecuencias tan drásticas".
Pero el asunto parece haber provocado una ruptura en el gobierno. El ministro de
Trabajo, Xavier Darcos, dijo que Mitterrand tiene que dar explicaciones por su comportamiento. "No
podemos reprocharle nada en el terreno legal, pero sí sus comportamientos personales y morales. Es
él quien tiene que contestar a eso", declaró Darcos a la radio pública francesa.
El socialista Arnaud Montebourg sostuvo ayer que Mitterrand "actuó de forma
deliberada en violación de las leyes nacionales e internacionales", y pidió a Sarkozy que lo
despida en el acto. "Es imposible que un ministro que representa a Francia pueda fomentar la
violación de sus propios compromisos de luchar contra el turismo sexual", señaló.
Analistas políticos indicaron ayer que la revelación de que un ministro francés
haya estado envuelto en un caso de turismo sexual hace avergonzar al gobierno, en momentos en que
el país sostiene conversaciones con Tailandia sobre cómo combatir ese flagelo.