La oposición siria acusó a las fuerzas del presidente Bashar Assad de causar la muerte de cientos de hombres, mujeres y niños mientras dormían ayer tras el lanzamiento de cohetes con gas letal sobre bastiones rebeldes cerca de Damasco. El episodio, que sería el ataque con armas químicas más letal en el mundo desde la década de 1980, motivó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se mostró conmocionado por el ataque que según los rebeldes habría causado al menos 1.300 muertos.
Pero las divisiones entre las principales potencias, que han complicado los esfuerzos internacionales por poner fin a dos años y medio de guerra civil, aún son evidentes. Rusia deslizó cierto escepticismo sobre las acusaciones de los opositores contra el presidente sirio, respaldando la negativa del gobierno de Assad del ataque diciendo que parecía una "provocación" de los insurgentes para desacreditarlo. Mientras varios países occidentales instaron a una investigación inmediata por parte de los inspectores de armas químicas de la ONU, quienes llegaron a la capital siria hace pocos días, Moscú dijo que la sola presencia de ese equipo sugería que las fuerzas de Assad no eran culpables.
Imágenes mostraron a decenas de personas —entre ellas muchos niños— en el suelo de una clínica sin heridas visibles. Otras imágenes mostraban a personas con espuma alrededor de la boca. El gobierno sirio no negó los ataques a bastiones rebeldes, pero sí el uso de armas químicas. Ban dijo que el jefe del equipo de inspección de armas químicas de la ONU en Damasco debatía con el gobierno de Assad las acusaciones. Activistas de la oposición citaron diversas cifras de muertos, que varían desde unas 500 hasta 1.300 víctimas fatales, luego de una serie de bombardeos y lanzamientos de cohetes alrededor de las 3 de la mañana hora local. En 1988, entre 3.000 y 5.000 kurdos murieron debido al lanzamiento de gas venenoso por parte de las fuerzas iraquíes de Saddam Hussein en Halabja.
Cuando los bombardeos comenzaron a sentirse en Mouadamiya, su barrio en el sudoeste de Damasco, Farah al-Shami ignoró los rumores de que los cohetes estaban cargados con agentes químicos. Pensó que su distrito estaba demasiado cerca de un campamento militar como para verse afectado. "Y al mismo tiempo, la ONU estaba acá. Parecía imposible. Pero luego empecé a sentirme mareada. Me estaba ahogando y mis ojos me quemaban", dijo la joven de 23 años. "Corrí a la clínica (...) Felizmente nadie de los míos resultó herido, pero vi familias enteras (tendidas) en el piso", agregó.
Síntomas. Una enfermera en la instalación médica de Douma, Bayan Baker, dijo: "Muchas de las víctimas mortales son mujeres y niños. Llegaron con las pupilas contraídas, las extremidades frías y espuma en la boca. Según médicos, son típicos síntomas de víctimas de gas nervioso". La exposición al gas sarín causa la contracción de las pupilas y la aparición de espuma en los labios.
El Consejo de Seguridad, en tanto, hizo ayer un llamado a favor de una "investigación minuciosa, imparcial y pronta" de las acusaciones realizadas por opositores en Siria sobre el uso de armas químicas en ese país. El organismo emitió un comunicado tras una reunión de dos horas para debatir las denuncias.
Diplomáticos indicaron que tal vez sea difícil para los inspectores de la ONU en Siria llegar al lugar del presunto ataque debido a los enfrentamientos. Aparentemente, el Consejo de Seguridad, integrado por 15 miembros, hizo una votación a puertas cerradas antes de autorizar a la actual presidenta del organismo, la embajadora argentina María Cristina Perceval, a leer el comunicado a periodistas. Es una práctica normal, pero rara, de que los miembros del consejo voten si emiten o no un comunicado, en especial en temas controvertidos.
La misión de la ONU en Siria está investigando acusaciones previas de que tanto el gobierno de Assad como los rebeldes han usado armas químicas en el pasado, una de las principales disputas en la diplomacia internacional sobre el caso sirio. Un militar sirio dijo que las acusaciones no son ciertas, sino que son una señal de la "histeria y la confusión" entre los detractores de Assad. El ministro de Información, Omran Zoabi, dijo que eran "ilógicas y fabricadas". Funcionarios de Assad han dicho que nunca usarían gas venenoso —aún si lo tuvieran— contra el pueblo sirio.