Diez personas murieron, la mayoría de ellos menores de edad, y al menos otras diez resultaron heridas cuando un estudiante abrió fuego ayer en su escuela secundaria de Texas , en la última masacre en un centro educativo en Estados Unidos. El autor de los disparos, que está detenido, fue identificado como Dimitrios Pagourtzis, de 17 años y alumno de la escuela Santa Fe High School en la localidad del mismo nombre, a unos 50 kilómetros de Houston. Al entregar el último balance de víctimas, el gobernador de Texas, Greg Abbott, calificó lo ocurrido como "uno de los ataques más atroces en la historia de las escuelas de Texas". Abbott expresó en rueda de prensa que el atacante usó una escopeta y un revólver calibre 38 de su padre, ambos supuestamente de propiedad legal. Según el diario Houston Chronicle, Pagourtzis también portaba dispositivos explosivos caseros cuando irrumpió en un salón de clases al comienzo de la jornada escolar.
El gobernador dijo que tras allanarse dos residencias se encontraron "varios artefactos explosivos", incluido un cóctel Molotov. Anotaciones en el diario del atacante sugerían que quería suicidarse pero "se entregó", añadió. No hubo "señales de advertencia" previas, indicó Abbot, aunque el joven había publicado en Facebook una imagen de una camiseta con la leyenda "Nacido para matar". La policía interroga a otras dos personas, incluida una que "puede haber tenido algún grado de participación en el crimen", agregó el gobernador. El alguacil del condado de Harris, Ed González, dijo que la "mayoría" de los muertos eran estudiantes. "Los agentes se encontraron con un baño de sangre en la escuela", contó un policía. Los hospitales del área reportaron que dos víctimas se encontraban en estado crítico. Uno de los heridos era un agente policial.
"No debería pasar por esto"
Este es el tiroteo más reciente en lo que se ha vuelto una situación común en las escuelas estadounidenses, donde hay incidentes con armas de fuego casi todos los días. "No debería pasar por esto", sostuvo entre lágrimas una estudiante de Santa Fe, Dakota Shrader, mientras su madre la consolaba. La joven contó que sonaron las alarmas "y todos comenzaron a correr". "Oí boom, boom, boom y corrí tan rápido como pude al bosque más cercano para poder esconderme y llamé a mi madre", declaró. El de ayer es, según el Washington Post, el segundo tiroteo masivo en lo que va del año en Estados Unidos. El primero fue en febrero, cuando 17 personas fueron asesinadas a balazos en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, lo que reavivó el debate sobre el acceso a las armas. También es el segundo tiroteo masivo en Texas en seis meses, luego de que 26 personas murieron en una iglesia texana en noviembre de 2017 a manos de un ex miembro de la Fuerza Aérea de 26 años.
Los sobrevivientes de Parkland reaccionaron ayer con más indignación que tristeza, y exigieron a los políticos que tomen medidas para evitar la reiteración de este tipo de sucesos. En un comunicado, el grupo de estudiantes de Parkland que organizó la masiva protesta en Washington el 24 de marzo en demanda de un mayor control en la venta de armas señaló que tiroteos como el de Santa Fe no son el "precio de nuestra libertad". De esta forma hicieron referencia a líderes de grupos que defienden la Segunda Enmienda a la Constitución (que otorga el derecho a los estadounidenses de poseer y portar armas de fuego), y que la propaganda de las fábricas de armas, representadas por la Asociación Nacional del Rifle (NRA), presenta como un fundamento de las libertades individuales.
Con éste, ya son 35 los tiroteos en una institución primaria, secundaria o universitaria en los Estados Unidos en 2018, según la cuenta Twitter de la organización sin fines de lucro @GunDeaths, que contabiliza 25 en escuelas primarias o secundarias, y 10 en universidades.
Durante un acto en la Casa Blanca, Trump lamentó que este tipo de sucesos hayan "estado ocurriendo por demasiado tiempo en nuestro país. Demasiados años. Demasiadas décadas ya". "Es terrible (...) Es un día triste, muy, muy triste", agregó Trump, que dispuso que en la Casa Blanca y en todos los edificios oficiales del país las banderas estadounidenses ondeen a media asta en honor a las víctimas. El mandatario subrayó también que su gobierno "está decidido a hacer todo lo que está en su mano para proteger a los estudiantes" y para "mantener las armas lejos de las manos de aquellos que suponen una amenaza para ellos mismos y otros".Después de la masacre de Parkland, en febrero, Trump propuso armar a algunos profesores de los centros educativos para reforzar la seguridad de los estudiantes, propuesta que ha generado gran polémica entre la opinión pública estadounidense.
La ex candidata presidencial demócrata Hillary Clinton instó a los legisladores a "comenzar a lidiar con esta vergüenza nacional". "Cada día que no actuamos con relación a la violencia armada, le estamos fallando a nuestros hijos", dijo Clinton en Twitter.