Ucrania profundiza su ofensiva y pone bajo asedio otras ciudades

El ejército ucraniano comenzó a bloquear Donetsk y Lugansk, las dos ciudades del este del país, que son los principales enclaves de los separatistas prorrusos tras perder Slaviansk y Kramatorsk el fin de semana. El asedio de las dos grandes ciudades podría dar lugar a combates a escala hasta ahora no vista en el conflicto, que estalló a fines de febrero. El gobierno del presidente Petro Pososhenko siente que por fin está ganando con claridad en el campo de batalla y por esto se ha alejado de momento de la mesa de negociaciones. Moscú no ha cesado de reclamar que Kiev detenga su ofensiva contra las milicias, a las que protege y provee de armas. Occidente, por el momento, deja actuar a Ucrania, a la que está integrando en su órbita.

El ejército ucranio bloqueó en gran parte los accesos a Donetsk, afirmó Anton Gerashchenko, del Ministerio del Interior. En los puestos de control están siendo controlados vehículos y civiles. "Donetsk será liberada pronto", apuntaron fuentes del ministerio. También se estrechará el cerco en torno a Lugansk, la tercera gran plaza que habían tomado los rebeldes durante marzo y abril, junto con Donetsk y Slaviansk. "Nuestras tropas están a las afueras de Lugansk. Los terroristas ya no tienen posibilidades", afirmó Gerashchenko, que confirmó que en algunos lugares liberados hubo interrogatorios. "Estamos estudiando quién ayudó a los terroristas. Nadie que tenga las manos manchadas de sangre quedará sin castigo", señaló.

Rusia volvió a criticar duramente los avances del ejército ucraniano. "Parece que no tiene sentido exigir el cese de los ataques, pues Ucrania está sorda frente a los llamamientos a salvar vidas humanas", dijo el Ministerio del Exterior en Moscú. La Unión Europea debe condenar la "política criminal" de la cúpula de Kiev, reclamó Moscú. La paz será imposible mientras el gobierno ucraniano exija la capitulación de los separatistas, reiteró el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov.

Al menos un insurgente murió y otros siete resultaron heridos en enfrentamientos cerca de Lugansk. Varias detonaciones sacudieron la zona y dos puentes fueron volados por milicianos. Los separatistas prorrusos advirtieron que no dialogarán si se produce un asedio a Lugansk y Donetsk. "Un bloqueo enterraría los esfuerzos de paz", advirtió en Donetsk el líder separatista Abdrei Purgin.

En el campo de batalla los milicianos, que están dotados con armas pesadas, como tanques, blindados para tropas y misiles antintanque, están claramente en retroceso. Y la historia enseña que quien está perdiendo es el que más fuerte clama por negociaciones de paz. Los rebeldes apoyados por Moscú hallaron sin embargo un poderoso aliado ucraniano. El magnate Rinat Ajmetov llamó a las partes a tener conversaciones sin condiciones. "No más camino a la paz que las negociaciones", dijo el hombre más rico de Ucrania, oriundo de Donetsk. Pero el politólogo ucraniano Konstantin Bondarenko se mostró escéptico sobre un pronto fin de los combates. "El gobierno espera mejorar con sus victorias en el campo de batalla su posición en la mesa de negociaciones. Es una táctica cuestionable, sobre todo cuando no está claro qué estrategia seguirá el presidente ruso Vladimir Putin", señaló. También el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, advirtió al gobierno ucraniano del peligro de buscar una solución meramente militar. Steinmeier confirmó que el domingo hubo una reunión en Kiev del "grupo de contacto" con representantes de Ucrania, Rusia y la OSCE. Según el canciller ruso Sergei Lavrov, el encuentro terminó sin resultados ante la ausencia de representantes de los separatistas.