Hombres armados tomaron ayer el control de dos aeropuertos en la región ucraniana de Crimea, en un incidente que el nuevo gobierno en Kiev describió como una invasión de fuerzas rusas, mientras que el destituido presidente Viktor Yanukovich prometió "luchar por el futuro de Ucrania" contra quienes describió como "fascistas" minoritarios que lo obligaron a huir del país con "amenazas", en su primera aparición pública desde territorio ruso, tras huir de Kiev hace seis días. El político agregó que Rusia debería usar todos los medios a su alcance para detener el caos en Ucrania mientras la tensión aumentaba en la península de Crimea, sobre el mar Negro, la única región de mayoría rusa y el último bastión importante de resistencia a la destitución del líder respaldado por Moscú.
En una declaración para instar al presidente ruso, Vladimir Putin, a "detener sus provocaciones" en la región ucraniana de Crimea, el mandatario interino Oleksander Turchinov comparó la situación actual en su país con la intervención rusa en la provincia separatista de Abjasia en Georgia en 2008. "Rusia ha enviado fuerzas a Crimea (...) ellos están trabajando en medidas que son totalmente análogas con las de Abjasia, cuando después de haber iniciado un conflicto militar ellos empezaron a anexar el territorio", afirmó Turchinov.
Más de 10 helicópteros militares rusos ingresaron ayer al espacio aéreo ucraniano sobre Crimea, según la guardia fronteriza de Kiev, acusando a militares rusos de bloquear una de sus unidades en la ciudad portuaria de Sebastopol. La flota rusa negó que sus fuerzas estuvieran involucradas en la toma del aeropuerto militar, donde efectivos armados ocuparon después la pista de aterrizaje. Previamente, las autoridades ucranianas reportaron que habían aterrizado en Crimea trece aviones militares rusos del tipo Ilushim II-76 con un total de 2.000 soldados. Por su parte, un residente dijo que el grupo ubicado en el aeropuerto internacional civil de Simferopol estaba integrado por militantes de Crimea. Una aerolínea comercial de Ucrania dijo más tarde que se le había negado el ingreso al espacio aéreo de Crimea.
Moscú ha prometido defender los intereses de sus ciudadanos en Ucrania. Aunque dijo que no intervendrá por la fuerza, la retórica rusa desde la destitución de Yanukovich hace una semana recordó los días previos a su invasión de Georgia en 2008. Una confrontación armada en Crimea tendría grandes repercusiones globales, puesto que la relación de Rusia con Occidente ya está tensa por el cambio de poder en Ucrania y el apoyo a bandos enfrentados en la guerra civil en Siria.
Influencia del Kremlin. El máximo funcionario de seguridad de Ucrania, Andriy Paruby, dijo que los hombres armados seguían órdenes de Rusia. "Estos son grupos separados comandados por el Kremlin", dijo Paruby, secretario del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, en una sesión informativa en Kiev emitida por televisión. Por la noche, el espacio aéreo sobre la capital de la republica autónoma de Crimea, Simferopol, fue cerrado hasta la noche de hoy.
Estados Unidos advirtió a todas las partes que no exacerben la situación y dijo que había planteado a Rusia el tema de las supuestas tomas armadas de los aeropuertos. Moscú respondió que no tenía intención de violar la soberanía ucraniana, dijo el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. El canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que los nuevos líderes de Ucrania deben implementar un acuerdo político patrocinado por la Unión Europea. Rusia anunció el miércoles ejercicios militares cerca de la frontera ucraniana, que incluían poner a 150.000 soldados en alerta, aunque Kerry dijo que Lavrov le aclaró que las maniobras ya estaban programadas con anterioridad. El Ministerio de Exteriores ruso dijo en su página de Facebook que el Consulado General de Rusia en Crimea entregaría pasaportes rusos a los integrantes de la policía antidisturbios ucraniana Berkut. Los manifestantes habían acusado a esa fuerza de disparar balas que provocaron la muerte de decenas de personas en Kiev.
Activos congelados. Yanukovich, que es buscado por el nuevo gobierno proeuropeo para responder por las numerosas muertes de manifestantes en Kiev la semana pasada, reapareció ayer en la ciudad rusa de Rostov-on-Don.
En una conferencia de prensa, dijo que no había visto al presidente Putin, sino que había hablado con él por teléfono y que le había sorprendido que el líder no fuera más abierto sobre Ucrania. "Rusia no puede ser indiferente, no puede ser un espectador que mira la suerte de un socio tan cercano como Ucrania", dijo Yanukovich. "Rusia debe usar todos los medios a su alcance para poner fin al caos y al terrorismo en Ucrania", dijo.
El ex mandatario negó que hubiera huido y dijo en cambio que se había visto obligado a dejar Kiev debido a amenazas. Agregó que volverá a su país una vez que la garanticen la seguridad para él y su familia. Suiza, Austria y Liechtenstein, en tanto, congelaron ayer activos y cuentas bancarias de hasta 20 ucranianos, incluyendo a Yanukovich y su hijo.
El depuesto líder ucraniano dijo que el tema de las cuentas bancarias en el exterior era "una discusión vacía". Una fiscalía ucraniana afirmó que el nuevo gobierno de Kiev empezó a tomar medidas para solicitar la extradición de Yanukovich para que enfrente las acusaciones en torno a la muerte de manifestantes.
Al paso de la bancarrota. El gobierno de Ucrania dijo que el país necesita unos 35.000 millones de dólares en los próximos dos años para evitar la bancarrota. Y agregó que esperaba obtener ayuda financiera pronto y estaba preparado para cumplir con los criterios de reforma del FMI. La jefa del organismo, financiero Christine Lagarde, dijo que no veía nada en el frente económico digno de pánico e instó a los líderes ucranianos a abstenerse de hablar de números hasta que la situación fuera evaluada adecuadamente.