La tentativa de golpe de estado en Turquía puede tener consecuencias sobre las capacidades de acción de este socio y pilar oriental de la Otán, aliado clave de los occidentales en varios temas esenciales, desde la lucha contra los islamistas hasta la crisis migratoria, señala la agencia francesa de noticias AFP.
Afectada este año por varios atentados, el último de ellos en el aeropuerto internacional Atatürk de Estambul (47 muertos), Turquía sale fragilizada, en especial en lo que respecta a los planes militares y de seguridad tras el abortado golpe ocurrido la noche de viernes a sábado.
La detención de miles de militares y magistrados en los últimos días revive el perfil autoritario del presidente islámico conservador Recep Tayyip Erdogan, que pueden tensar aun más las difíciles relaciones con la UE y Estados Unidos. Tres días después del golpe de estado fallido que hizo temblar los cimientos del poder de Erdogan, el gobierno turco recuperó su seguridad. El primer ministro afirmó que "Turquía tiene la capacidad de hacer fracasar tales tentativas (de golpe), el mundo debe saberlo". Como para indicar que el país conserva sus potentes capacidades militares, Yildirim aseguró que no habrá "ningún relajamiento en nuestra lucha contra la organización terrorista separatista", en alusión al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), contra el que Ergodan mantiene una violenta ofensiva en el sur de Turquía. Este ensañamiento con la comunidad kurda ya complicado las relaciones con Occidente, que es aliado de este pueblo sin Estado en las vecinas Siria e Irak. Allí los kurdos han destacado en el combate contra el terrorista Estado Islámico (Isis), un tácito aliado de Erdogan hasta hace pocos meses.
Pero el vasto proceso de "purga" ordenado por Erdogan, con miles de militares, entre ellos más de 100 generales y almirantes detenidos, las FFAA turcas sin dudas están hundidas en una grave crisis y con muchos de sus altos mandos encarcelados. Estas purgas conducen en forma directa a "una hemorragia de talentos" y a debilitar sus capacidades de intervención, subraya Soner Cagaptay, director del programa de investigación sobre Turquía en el Washington Institute. "Los militares perderán una parte importante de sus «cerebros», incluso gente capaz de dirigir operaciones en el exterior, cooperar con Estados Unidos, incluso en Siria contra el Estado Islámico", indica Cagaptay a la AFP. Muy solicitado después de la reanudación de los combates contra el PKK en el sureste del país, el ejército turco, uno de los más poderosos —al menos en términos cuantitativos— de la Otán, se sumó tardíamente a la coalición internacional contra el Isis.
Base sitiada. Otro punto muy sensible para la Otán es la base aérea de Incirlik, utilizada tanto por la Alianza Atlántica como por la coalición internacional encabezada por Estados Unidos, es objeto de tensiones desde la tentativa de golpe. La enorme base tiene sus operaciones cerradas. El gobierno sospecha que militares turcos destacados ahí ayudaron a los golpistas. Ayer se desarrolló un allanamiento en el lugar. La base tiene, además de personal turco, un número importante de estadounidenses que trabajan en el lugar con los cazas que operan contra el Isis. Los vuelos comerciales entre Turquía y Estados Unidos seguían suspendidos por tercer día consecutivo.
"Esto no ha terminado, no se desarmen", titulaba en su tapa el diario Hurriyet, citando los llamados de Erdogan a sus partidarios a que sigan movilizados. Siguiendo estos llamados, miles de personas se congregaron por la noche en las plazas Taksim y Kizilay, en Ankara. "Durante el día, iremos a trabajar. Por la noche, después del trabajo, seguiremos nuestra vigilia", dijo el primer ministro turco.
La inestabilidad en la que está sumida Turquía podría incrementar también el riesgo de atentados. El país fue golpeado este año por varios ataques muy sangrientos que llevan la firma del Estado Islámico. "La tentativa de golpe de estado hizo a Turquía más vulnerable ante los ataques del Isis, al crear un vacío importante y una situación de crisis en las ramas de la seguridad y la gobernanza", resume a AFP Fuat Keyman, director del centro de reflexión Istanbul Policy Center.
El "arma" migratoria. Otro asunto vigilado por los socios europeos de Turquía es el enorme flujo hacia Europa de migrantes, esencialmente sirios, que se redujo drásticamente desde que se llegó a un acuerdo entre Turquía y la UE en marzo pasado. El presidente turco, que acusa a su ex aliado Fethullah Gülen de estar tras el fracasado golpe, dijo que pedirá a las capitales europeas extradita a los miles de partidarios de Gulen. "Veremos cual será su reacción", agregó.
Entre las personas detenidas figuraban también guardacostas, y entre ellos su comandante, quien fue destituido el sábado.
En el terreno, la situación sigue sin cambios visibles. Entre 50 y 100 refugiados llegaron diariamente a las islas griegas en los últimos tres días, cifra comparable a la de antes del abortado golpe, según datos oficiales griegos. Esto podría traducirse en una mayor presión a futuro sobre Turquía.