Los alegatos finales en el juicio político al presidente Donald Trump se presentron ayer, en un esfuerzo tanto para pasar a la historia como para atraer votos, influir en la opinión pública y dejar sentadas posiciones antes de la esperada absolución en el Senado. La votación decisiva está prevista para mañana. El viernes, en una jornada clave, los republicanos rechazaron el pedido demócrata de llamar a más testigos y extender así el juicio político.
Los senadores reconocen que los fiscales demócratas esencialmente han demostrado su causa, que Trump abusó de su poder y obstruyó al Congreso, al usar la retención de ayuda militar para presionar a Ucrania a que investigue a su rival demócrata Joe Biden y así influir en las elecciones del 2020. Pero los senadores republicanos decidieron que las acciones del presidente no alcanzan el nivel de gravedad que amerite el paso dramático de destituir a un mandatario. La absolución de Trump, mañana, está virtualmente asegurada.
Lo único que queda en el Senado es intentar influir en los estadounidenses sobre lo que piensan sobre el tercer juicio político a un presidente en la historia del país. Los demócratas argumentan que es importante hacer lo correcto, mientras que los republicanos dicen que es hora de poner fin a un proceso que califican de partidista. Sus abogados defensores reiteraron un argumento: los demócratas recurrieron al juicio político porque saben que enlas urnas Trump los derrotará fácilmente en noviembre próximo,cuando buscará su reelección.
Los demócratas abrieron ayer con un pedido del representante (la Cámara baja actúa de fiscal) Jason Crow, quien dijo: "No podemos ni debemos dejar a un lado el sentido común cuando entramos a este recinto''. Crown, ex miembro de las fuerzas especiales del ejército, invocó a los fundadores de la nación e incluso al senador republicano Barry Goldwater, de la era del juicio político a Richard Nixon, diciendo: "Nadie está por encima de la ley, ni siquiera aquellos elegidos a la Presidencia de Estados Unidos. Yo diría especialmente aquellos elegidos a la Presidencia de Estados Unidos''.
El cierre del juicio político en el Senado transcurre con un claro trasfondo político, en momentos en que los demócratas realizan su primera contienda interna en Iowa y Trump prepara su discurso del estado de la nación en el Congreso.
Pero aunque mañana se termine el juicio político, las causas penales en torno a la misma causa seguirán abiertas y proveyendo de titulares negativos para Trump y los republicanos. Lev Parnas, un empresario de origen soviético que desempeñó un papel central en presionar a Ucrania para que investigara a los rivales políticos de Trump, completó hace pocos días su ruptura con la Casa Blanca, afirmando por primera vez en público que el presidente era plenamente consciente de los esfuerzos para fuscar información perjudicial para sus adversarios demócratas. En una entrevista con The New York Times el día en que la Cámara de Representantes transmitió al Senado los artículos del impeachment, Parnas expresó su pesar por haber confiado en Trump y en Rudolph W. Giuliani, el abogado personal del presidente y arquitecto de la campaña de presión sobre Ucrania. Su abogado dijo que estaba ansioso por cooperar con los fiscales federales que investigan a Giuliani.
También se espera ansiosamente que se publique el libro del ex asesor de seguridad nacional, John Bolton, quien fue echado de mala manera por Trump. Bolton dijo que estaba dispuesto a declarar bajo juramento si el Senado lo llamaba, algo que no ocurrirá porque el sábado los republicanos sellaron ese camino. Su libro, que tiene 528 páginas, estará a la venta el 17 de marzo. Traerá malas noticias para Trump sin dudas.
Además la decisión de forzar a varios senadores a votar contra su voluntad a no llamar más testigos, como querían los demócratas, y cerrar ya el juicio político, podría costar caro a los republicanos, incluso la pérdida del Senado, advertía ayer un analista del Washington Examiner. Forzar a algunos senadores republicanos de centro a votar en contra de llamar a testigos podría costarles a varios de ellos sus escaños y potencialmente el control del Senado, señala el diario de Washington.
Y en todo caso, la inminente absolución del presidente Trump en el Senado no significa que se libere de sus perseguidores demócratas de la Cámara baja. Según los demócratas, las investigaciones judiciales se acelerarán en los meses antes de las elecciones. Ucrania será sólo un punto intermedio en lugar del final de los enfrentamientos entre la Cámara baja en manos demócratas y la Casa Blanca de Trump. En este contexto, anoche se hacían las primarias en Iowa, las primeras de la competencia presidencial.