El huracán Harvey no solamente está produciendo daños devastadores en Texas. También tiene sus efectos políticos en Washington. Ayer, el presidente Donald Trump enfrentaba la primera catástrofe nacional de su gestión con un viaje al lugar. En una estación de bomberos de la ciudad texana de Corpus Christi, Trump se sentó rodeado de empleados de la agencia de emergencias Fema, la Cruz Roja y la Guardia Costera.
Delante de él había grandes gráficos; y a sus espaldas un camión de bomberos. Cuando otros hablaban, Trump asentía. Evitaba llamar la atención, sin mostrar su conocido desenfreno ni ostentación. Agradeció a los rescatistas y les dijo que estaba "muy orgulloso" por lo que estaban haciendo.
Trump quiere en estos días, en los que Harvey azota Texas, dar la imagen de un buen líder en la crisis y evitar a toda costa el error del presidente George W. Bush, que en 2005 reaccionó muy tarde al Katrina, que inundó Nueva Orleans y dejó más de 1.800 muertos. Bush estaba de vacaciones en su rancho cuando, el 29 de agosto por la mañana, la tormenta tocó tierra. Volvió a Washington dos días después, pero no viajó inmediatamente al área de desastre. Esto fue un grave error, y su imagen como administrador de crisis se echó a perder.
Para evitar ese error, Trump se muestra en estos días muy resuelto. Durante el fin de semana fue informado continuamente por sus asesores acerca de la calamidad. Habló por teléfono, tuiteó, volvió a elogiar el trabajo de los equipos de rescate. En más de una ocasión se dirigió a los texanos para darles coraje. Y ayer Trump visitó Texas para tomar contacto directo con la situación. Hasta allí viajó en helicóptero desde Washington y se puso una campera para lluvia. Evitó ir a las zonas más afectadas para no interferir en el trabajo de los equipos de rescate. Una medida acertada, dado que el desplazamiento de un presidente estadounidense moviliza a cientos de agentes de seguridad.
El diario The New York Times consideró que la Casa Blanca es consciente de los riesgos que puede provocarle un mal manejo de la catástrofe. El diario, un adversario declarado de Trump, apuntó que el presidente incluso parece fascinado por las dimensiones de la tormenta: Trump describió la tormenta como "histórica" o "épica" y se mostró fascinado con su magnitud. "Guau", tuiteó el domingo. "Los expertos están llamando a Harvey una inundación que ocurre una vez cada 500 años".
Poco después volvió a escribir que los expertos nunca habían visto algo parecido. Su visita a Texas fue anunciada por él mismo antes de que la tormenta tocara tierra. La masiva inundación en Texas le da al presidente la posibilidad de mejorar su imagen. Es una oportunidad para mostrarse como un hombre de acción,como un gerente de crisis. Y Trump apela al sentir colectivo de los estadounidenses. "Sufrimos juntos, peleamos juntos y, créanme, permaneceremos juntos. Somos una familia", dijo el lunes en conferencia de prensa. "Saldremos fortalecidos y créanme, seremos más grandes, mejores y más fuertes que nunca antes".
El desastre no cede
Mientras tanto, Harvey recrudece y se desconoce aún el alcance final de sus efectos. Siguió lloviendo y el nivel de agua está cada vez más alto. En algunos lugares las casas están cubiertas de agua hasta el techo y las calles se han transformado en canales. La metrópolis de Houston, donde viven alrededor de 6,5 millones de personas, fue la que más sufrió el embate. Gran parte de la ciudad está inundada y el agua no drena, lo que pronostica un lento descenso de las aguas. La ciudad está totalmente paralizada.
Las imágenes de Houston muestran personas caminando con el agua por encima de la cintura y arrastrando botes; un hombre con el pelo mojado y cara de desesperación lleva en brazos a dos niños pequeños; una mujer mayor es ayudada a atravesar el agua en silla de ruedas. Las lluvias en la región han provocado la rotura de una represa en Houston y otra en el condado de Brazoria. La rotura de la represa en Brazoria obligó a las autoridades a pedir a los residentes que abandonaran la zona. "Huyan ahora!", escribió el condado en Twitter. En el vecino estado de Louisiana también se esperan inundaciones. No se conoce con exactitud el número de muertes en Texas, que según cifras oficiales son tres. Sin embargo, los medios reportaron un número más alto. Solamente en Houston los funcionarios mencionaban 16 muertos, entre ellos un policía.
Rumor negado
Autoridades de Houston negaron rumores de que inmigrantes podrían ser arrestados al presentarse en refugios. "¡El rumor de que estamos pidiendo papeles migratorios es FALSO!", escribió el alcalde Sylvester Turner en Facebook. "¡NO es verdad! NO preguntaremos estatus migratorio nadie que busque refugio".