El presidente Donald Trump retiró formalmente a Estados Unidos del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP), tomando distancia de sus aliados en Asia, justo en momentos en que crece la influencia de China en esa región. El decreto que saca a Estados Unidos del acuerdo comercial entre 12 países cumple una de las promesas del magnate. Trump, además, firmó varios decretos sobre diversos temas, en lo que llamó "Día uno" de su presidente. Uno es un "clásico" de los presidentes republicanos y veta fondos federales para realizarse abortos en el exterior; otro, frena el ingreso de empleados en el Estado nacional.
Pero sin dudas que la anulación del TPP fue la nota del "día uno". "Es una gran cosa para el trabajador estadounidense", dijo Trump mientras firmaba el texto en su tercera jornada completa como presidente. El republicano había criticado el pacto como lesivo para la industria de Estados Unidos. El proteccionismo de Trump ya ha modificado a la fuerza las políticas de inversiones de varias empresas en el vecino México, cuya relación está en duda (ver página 23).
El tratado de libre comercio, que había tenido un fuerte apoyo de la comunidad empresarial, fue negociado por el gobierno del ex presidente Barack Obama y firmado por él, pero nunca fue aprobado por el Congreso. El TPP había sido el pilar de la política hacia Asia-Pacífico de Obama para contrarrestar la influencia de China. Este objetivo del TPP era explícito: los otros 11 países no incluyen a China. Ahora, muchos de esos países anuncian que harán tratados bilaterales para suplir el TPP, pero claramente sin EEUU, primera potencia mundial, la dimensión geopolítica y económica del TPP desaparecerá. Algo que sin dudas debe ser celebrado puertas adentro en China, país que es el gran adversario de Trump, al menos según sus discursos. Por ahora, sólo lo ha beneficiado. México, Chile, Perú, Brunei, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Canadá, Japón, Malasia y Vietnam son los países que integran ahora el TPP, ya sin Estados Unidos.
La decisión de Trump generó preocupación en Japón y otros lugares de Asia, no sólo por su oposición al TPP, sino también por su campaña para que los aliados de Estados Unidos "paguen más" por los acuerdos de defensa vigentes y que tienen un fuerte costo para EEUU. Larry Kazianis, director de Estudio de Defensa del Centro de Estudios para el Interés Nacional en Washington, dijo que Trump tendrá que buscar una alternativa para ofrecer confianza a sus aliados en Asia.
El nuevo presidente también se reunió ayer en la Casa Blanca con una docena de empresarios industriales, a los que prometió que reduciría las regulaciones y los impuestos a las empresas, pero advirtió que tomará medidas sobre los acuerdos comerciales, que considera "injustos". Esto parece dirigido al Nafta, el tratado de libre comercio de américa del norte vigente con México y Canadá. Trump les dijo que las empresas que decidan mover sus fábricas fuera del país "pagarán un precio". "Vamos a imponer un impuesto fronterizo de verdad grande a los productos cuando entren", les advirtió Trump.
Pero el "Día uno" de Trump no se limitó a combatir el libre comercio. Además, firmó una orden ejecutiva (decreto) para congelar los ingresos en el gobierno federal, el Estado nacional en los Estados Unidos. Trump subrayó que hace una excepción con las fuerzas armadas, y que el objetivo es reducir la nómina de empleados y controlar el tamaño de la fuerza laboral estatal. En declaraciones al firmar el documento en el Despacho Oval, el presidente republicano, que había prometido esta medida durante la campaña, dijo que los miembros de las fuerzas armadas están exentos de la directiva. Trump ha prometido enfrentar y reducir la burocracia del Estado federal, y el decreto de ayer podría ser el primero para regular el tamaño del Estado, una preocupación que Trump comparte con el Partido Republicano, a diferencia del proteccionismo, que no forma parte en absoluto de la doctrina de esta formación.
Demanda judicial
Trump, fue demandado ante un tribunal de Nueva York por un grupo de abogados que lo acusa de "violar la Constitución" por recibir pagos de gobiernos extranjeros a través de sus negocios inmobiliarios. La demanda, que según dijo el propio Trump "carece de mérito", argumenta que mediante sus varios negocios, como sus hoteles, campos de golf y edificios de renta, el mandatario recibe compensaciones de gobiernos extranjeros que adquieren el derecho de usar estas instalaciones. Una cláusula constitucional prohíbe a los presidentes recibir cualquier objeto de valor de gobiernos extranjeros, incluyendo empresas controladas por gobiernos extranjeros, sin la aprobación del Congreso.
decretazo. Trump exhibe a la prensa el decreto que terminó con la iniciativa de Obama para el Pacífico.