El presidente Donald Trump firmó ayer un decreto que permite establecer sanciones a los extranjeros que interfieran en las elecciones estadounidenses, dos años después de que supuestamente Rusia interviniera en la campaña presidencial que él ganó. "Vimos indicios de que no sólo Rusia, sino China también, y que hay capacidades potenciales también en Irán e incluso en Corea del Norte" de interferir en la elección legislativa del 6 de noviembre, dijo el jefe de los servicios de inteligencia, Dan Coats. La orden establece un proceso formal para poner sanciones financieras y bloqueos tanto a quienes intenten interferir en los sistemas de votación, como contra quienes difundan desinformación mediante las redes sociales e internet, dos fenómenos que actualmente se investigan. "Estamos mirando hacia adelante, usando como base lo que pasó en 2016 como una advertencia para que esto no vuelva a ocurrir", prometió Coats, al asegurar que habrá vigilancia las 24 horas.































