El presidente Donald Trump firmó ayer el decreto que ordena construir el muro contra los inmigrantes a lo largo de la frontera con México. Ya existen barreras, pero estas son parciales. La idea de Trump es extenderla "a todo lo largo" de la frontera, según el decreto conocido ayer (ver infografía). Un segundo decreto bloquea fondos federales para las ciudades que activamente protegen a los inmigrantes, los llamados "santuarios", y que son más de 300. La decisión se tomó a pocos días de la visita del presidente de México, Enrique Peña Nieto.
El decreto determina que el secretario de Seguridad Interna debe tomar "las medidas apropiadas para planificar, diseñar y construir de inmediato una pared física a todo lo largo de la frontera sur" del país limítrofe con México. Eso deberá hacerse "utilizando los materiales y la tecnología apropiada para alcanzar de forma más eficaz el completo control operacional" de esa frontera. Un amplio tramo, sin embargo, no tendría construcciones, ya que existe una barrera natural que es el río Bravo.
En un discurso ante empleados del Departamento de Seguridad Interna (DSI), en el que tomó juramente al nuevo jefe del organismo, John Kelly, Trump dijo que el nuevo funcionario y ese departamento, equivalente a un ministerio, "trabajando en conjunto conmigo y mi equipo, comenzarán de inmediato la construcción de un muro en la frontera. Lo necesitamos mucho". El decreto también determina que el departamento tome medidas para "destinar los recursos legalmente disponibles" para "construir, operar o controlar instalaciones para detener extranjeros en o cerca de la frontera terrestre con México".
Para Trump, "el flujo sin precedentes de inmigrantes ilegales de América Central perjudica a México y a Estados Unidos. Las medidas que adoptamos hoy mejorarán la seguridad en nuestros dos países''.
A pesar del tono de sus declaraciones previas, plenas de insultos a los inmigrantes mexicanos y del explosivo proyecto, Trump dijo estar seguro que las relaciones entre Estados Unidos y México "van a mejorar. Trabajando juntos en comercio positivo, fronteras seguras y cooperación económica estoy seguro que podemos mejorar la relación entre nuestras dos naciones a un nivel que no se ha visto en mucho tiempo. Pienso que nuestras relaciones con México van a mejorar", dijo. La medida también veta la liberación de inmigrantes ilegales detenidos y mantiene la prioridad de deportación para inmigrantes con antecedentes criminales.
Sin "santuarios"
El mandatario firmó también un segundo decreto que se propone reforzar la vigilancia migratoria en el interior del país. De acuerdo con el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, el gobierno "eliminará recursos federales para las llamadas ciudades santuario y ciudades que dan abrigo a inmigrantes ilegales". Se trata de ciudades que se niegan a arrestar y entregar a inmigrantes en situación ilegal. Esos "santuarios" suman unos 300 y están diseminados por todo el país. Por el decreto firmado ayer, el DSI deberá "asegurarse" que los santuarios "no sean elegibles para recibir ayuda federal" .
Al inicio del día, en declaraciones al canal ABC, Trump había dicho que la construcción del muro comenzará "tan pronto como podamos hacerlo", posiblemente en los próximos "meses", aunque añadió que "con seguridad la planificación comenzará de inmediato". Hay grandes secciones de la enorme frontera, de 3.200 kilómetros que ya cuentan con una cerca e incluso hay tramos con una enorme barrera, pero Trump pretende cumplir su promesa de campaña de hacer un "bello muro" en toda la extensión para frenar el ingreso de inmigrantes ilegales. Sin embargo, en el extenso sector central donde se halla la frontera natural del río Bravo que divide a Texas de México, no se construiría el muro. Trump dijo a ABC que Estados Unidos "recibirá de vuelta el dinero (por el muro) en una fecha posterior mediante cualquier transacción que hagamos con México". Esto parece apuntar a las masivas remesas de dólares que hacen los inmigrantes legales mexicanos desde EEUU. El gobierno mexicano ha rechazado de plano cualquier tipo de pago. "Eso no va a ocurrir", afirmó esta semana.
Además de prometer la construcción del muro, Trump tildó durante su campaña electoral de "criminales y violadores'' a los inmigrantes mexicanos. Sin embargo, ayer dijo sentir "gran admiración por el pueblo mexicano'' y que esperaba gustoso reunirse el 31 de enero con su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto. Trump no mencionó la presencia del canciller mexicano Luis Videgaray en la capital estadounidense para su primera reunión con el nuevo gobierno estadounidense.
Reacciones
Las reacciones a los decretos presidenciales no se hizo esperar. Para César Blanco, director del movimiento Latino Victory, las decisiones del presidente "van en contra de los principios con los que se ha fundado nuestro país, y solamente separarán a nuestras familias. Debemos tomarnos un momento para pensar como la historia juzgará estas acciones ejecutivas", apuntó.
En Los Angeles, Luz Gallegos, directora de programas para el Centro Legal Todec, dijo que "no hay palabras para definir estos decretos". Gallegos dijo que en vez de construir un muro el gobierno "debería construir puentes, construir comunidades y construir unidad dentro de nuestra nación y con otras naciones que han contribuido con sus inmigrantes a la economía de nuestro país". "Hay tanta incertidumbre, tanto miedo, emoción, división y racismo. Son tiempos muy difíciles", apuntó.
En Washington, el senador opositor Ben Cardin recordó que el nuevo secretario del DSI, general John Kelly, al ser interrogado por el Senado en las audiencias de confirmación, admitió que el muro no funcionaría. El proyecto es apenas "un esfuerzo para derrochar miles de millones de dólares de los contribuyentes en un muro que hará poco para mejorar la seguridad del país", dijo Cardin.
Una barrera de 3200 kilómetros