El presidente Donald Trump nombró a Amy Coney Barrett, una jueza conservadora, para suceder a la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema de los Estados Unidos. El acto oficial de nominación se hizo en los jardines de la Casa Blanca. La jugada es parte de la campaña electoral en curso, dado que los nombramientos en la Corte tienen un alto voltaje político y electoral en Estados Unidos. Trump competirá el próximo 3 de noviembre por su reelección frente al demócrata Joe Biden, quien lo aventaja en los sondeos. Esta desventaja seguramente impulsó a Trump a hacer la nominación tan cerca de las elecciones, algo totalmente atípico en la tradición estadounidense.
La Corte Suprema ya gozaba de una mayoría conservadora de 5 jueces a 4, pero la semana pasada falleció la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, y Trump anunció que no esperaría a que pasaran las elecciones para nominar a su reemplazante. Si los republicanos logran aprobar en el Senado a Barrett, la Corte tendrá una mayoría conservadora aplastante de 6 a 3 y durante muchos años, dado que en EEUU los jueces supremos son vitalicios.
De esta forma, es claro que Trump y los republicanos apuestan a dejar armada una Corte conservadora para los próximos años, aún en el caso de que pierdan las elecciones del 3 de noviembre. Esa mayoría de 6 a 3 dejará abierta la posibilidad de rever temas de gran debate en la ciudadanía estadounidense, como la ley de aborto, que rige desde 1973, y el sistema de salud creado por el presidente Barack Obama.
Trump dijo ayer que Barrett, a su lado en el jardín de la Casa Blanca, es “una de las mentes legales más brillantes y dotadas”. En la primer reacción ante la nominación, que desde hace dos días era un secreto a voces, el candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, llamó al Senado estadounidense a no confirmar a la jueza Barrett antes de las elecciones del 3 de noviembre. “El Senado no debería pronunciarse sobre esta vacante hasta que los estadounidenses no hayan elegido a su próximo presidente y su próximo Congreso”, dijo en un comunicado, pocos minutos después de que Trump confirmara a Barrett.
Considerándolo un "momento de gran orgullo", Trump llamó a Barrett una mujer de "intelecto altísimo" y "lealtad inquebrantable a la Constitución" en los jardines de la residencia presidencial.
Luego del discurso del presidente, fue el turno de Barret. Dijo que entendía que "esta es una decisión trascendental para un presidente y si el Senado me hace el honor de confirmarme, me comprometo a cumplir con las responsabilidades de este trabajo lo mejor que pueda". Luego agregó: "Amo a los Estados Unidos y amo la Constitución de los Estados Unidos. Me siento verdaderamente humilde ante la perspectiva de servir en la Corte Suprema".
Tanto Trump como Barrett rindieron homenaje a Ginsburg, y Trump la describió como un "gigante legal y una pionera de la mujer". El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, ha prometido someter a votación a la candidata a pesar de las objeciones de los demócratas del Senado, que citan la negativa de McConnell a someter a audiencia y votaral candidato de Barack Obama, Merrick Garland, en 2016. McConnell explicó entonces que un candidato no debe ser considerado durante un año electoral. Pero ahora tanto él como el Partido Republicano casi se abalanzaron sobre el cargo vacante que dejó la muerte de Ginsburg. McConnell elogió ayer a Barrett, diciendo que Trump "no podría haber tomado una mejor decisión".
La esperada nominación llega en un momento crítico, ya que el presidente cuestiona abiertamente la integridad de las próximas elecciones y no se ha comprometido a una transferencia pacífica del poder en caso de que pierda el 3 de noviembre. Ha dicho repetidamente que la Corte Suprema necesita tener los nueve puestos ocupados antes del día de las elecciones, en caso de que la Corte se viera ante la necesidad de dictaminar sobre la legalidad de las boletas de voto por correo. Trump cuestiona este método como poco fiable, pese a que se usa masivamente este año por la pandemia de coronavirus. Además, varios casos de peso se vislumbran en el horizonte, Y en caso de que Barrett sea confirmada tan rápidamente como esperan los republicanos, esto incluye el destino de la Ley de Atención Asequible, más conocida como "Obamacare", la ley que extendió el derecho a la atención de la salud.
Tras la muerte de Ginsburg la semana pasada, Trump expresó su deseo de nombrar a su sustituta, argumentando que tenía el "deber constitucional" de ocupar ese puesto y se comprometió a nombrar a una candidata. Barrett será la quinta mujer nombrada en la Corte y la segunda conservadora, si es confirmada.
Durante la semana en que Trump deliberó sobre su elección a la Corte Suprema, Barrett, que una vez fue finalista para el puesto de la Corte Suprema que le tocó a Brett Kavanaugh en 2018, emergió como la favorita entre su lista de candidatas, después de reunirse con el presidente en la Casa Blanca, según fuentes de la CNN.
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El proceso de nominación de Barrett al Senado comenzará rápidamente. Dos senadores republicanos han dicho que no apoyan la votación de la nominación, pero el senador republicano Mitt Romney, un conocido crítico y adversario de Trump, señaló que está de acuerdo en seguir adelante con la votación. Así que es probable que Barrett sea confirmada.