Donald Trump rechazó de manera categórica el recuento de votos que comenzó en el estado de Florida, tanto para la elección de gobernador como para la de senador. Las elecciones de medio término en ese estado, el pasado 6 de noviembre, fueron muy disputadas, y oficialmente ganadas por los postulantes republicanos.
"La elección de Florida debería ser declarada a favor de Rick Scott y Ron DeSantis ya que un gran número de nuevas boletas aparecieron de la nada y muchas boletas faltan o fueron falsificadas. Un recuento de votos honesto ya no es posible, las boletas han sido afectadas de manera masiva. Debemos quedarnos con (el anuncio de) la noche de las elecciones!", tuiteó el mandatario.
La noche de las elecciones, el martes pasado, tanto Scott como DeSantis fueron declarados ganadores por todas las cadenas de noticias. Sus rivales, los demócratas Andrew Gillum y Bill Nelson, no dudaron en reconocer sus derrotas.
Sin embargo, con el pasar de las horas quedó claro que aún quedaban muchas boletas por contar. Además, con cada voto nuevo, se achicaba la pequeña ventaja de los republicanos.
Tanto Scott, gobernador saliente y candidato a senador, como DeSantis, aspirante a la gobernación y congresista saliente, siguen primeros, pero con una ventaja menor del 0,5 por ciento, lo que significa que por ley debe haber recuento.
Al no poder resistir legalmente el recuento, Scott le pidió a la Justicia que las máquinas de voto sean "confiscadas" una vez terminado el proceso, lo que implicaría evitar una tercera instancia de revisión. El juez Jack Tuter, rechazó ayer el pedido de Scott.
Las elecciones de la semana pasada volvieron a equilibrar el mapa, luego de la victoria arrasadora de los republicanos hace dos años. Florida es uno de los estados más oscilantes, y cada cuatro años puede definir las presidenciables. Florida se hizo famosa en las presidenciales de 2000, cuando fue objeto de una feroz puja entre republicanos y demócratas.