El presidente Donald Trump advirtió en Twitter que EEUU está "preparado y cargado", como se dice de las armas de fuego, para tomar represalias contra Irán por derribar un dron estadounidense sobre el Golfo Pérsico, pero canceló los ataques 10 minutos antes de que se llevaran a cabo, tras habérsele dicho que podrían morir unas 150 personas. Fuentes de inteligencia militar afirmaron a su vez que le llevaron informes de último minuto al presidente que indicaban que el derribo de la nave el jueves por misiles antiaéreos iraníes podría haber sido no intencional.
Trump tuiteó ayer que EEUU estaba listo para "tomar represalias anoche en 3 lugares diferentes cuando pregunté, ¿cuántos morirán? Dijo que un general le dijo que 150 personas, y canceló las misiones por "no ser proporcional al derribo de un avión no tripulado".
Lo cierto es que aviones y barcos de guerra de EEUU recibieron la orden de cancelar sus misiones de ataque abruptamente, cuando ya estaban en camino el jueves. Iban a atacar un "puñado" de objetivos iraníes tras el derribo de un dron Global Hawk de la Armada sobre el Golfo de Omán, en la boca del Golfo Pérsico. Este repentino cambio de órdenes de abortar una operación punitiva contra Irán por Trump corre el riesgo de que sea tachado de vacilante, un estigma que a menudo atribuye a sus rivales demócratas, señalaban ayer múltiples medios, desde Al Jazeera, Al Arabiya, canales de noticias de EEUU y diarios de diferentes países.
Sus principales asesores, el secretario de Estado Mike Pompeo, el asesor de seguridad nacional John Bolton y la directora de la CIA Gina Haspel, presionaron con fuerza para que el presidente tomara represalias militares por el derribo del dron "Tritón" de la Marina en aguas internacionales del Golfo. Estaban preocupados no sólo por la urgencia de reforzar el poder de disuasión de EEUU frente a los crecientes ataques iraníes contra los intereses y aliados de EEUU en la región, sino también por el impacto que tendría la inacción que finalmente decidió ayer Trump en relación con China, Rusia y Corea del Norte.
La operación abortada no fue planeada para ser un acto importante de guerra contra Irán, sino más bien ataques quirúrgicos contra baterías de misiles, radares y sitios de defensa aérea de la Guardia Revolucionaria de Irán, algo que recuerda a los ataques de Israel contra posiciones iraníes en Siria. Sin embargo, Trump decidió prestar atención a las voces del Pentágono y de los legisladores demócratas para "desescalar" las tensiones de Estados Unidos con Irán, en lugar de exacerbarlas.
Esta inversión de rumbo se reflejó en los comentarios contradictorios del presidente el jueves, el día del derribo: después de llamar al acto por parte de Irán "un error muy grave", agregó que podría haber sido "un error cometido por alguien que no debería haber estado haciendo lo que hace. Creo que cometieron un error y no estoy hablando sólo de que el país cometió un error, alguien bajo el mando del país cometió un error".
Ayer a primera hora, fuentes de la administración actuaron para reparar parte del daño provcado al poder de disuasión estadounidense causado por el retroceso de Trump. Sostuvieron que la operación no se suspendió sino que se retrasó unos días.
Mientras tanto, se cierne sobre Washington la corta semana que queda hasta la fecha límite del 27 de junio, fijada por Teherán para romper el límite acordado de enriquecimiento de uranio en el tratado internacional firmado en 2015, y al que Trump renunció el año pasado. A los legisladores de ambos lados del Congreso que fueron informados en la Casa Blanca, se les dijo que los aliados de Estados Unidos liderados por Arabia Saudita e Israel verían el ataque de represalia como más peligroso incluso que la actual agresión de Irán contra seis petroleros y los intereses de Estados Unidos en la región.
Por lo tanto, el momento crucial del enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán no ha pasado; sólo se ha pospuesto de 7 a 10 días, según analizaba el sitio web israelí Debka.com, muy cercano a los servicios de inteligencia militares. Y en tanto Irán parece golpearse el pecho y ayer hizo demostraciones retóricas de fuerza. El ministro de Defensa sostuvo que "ya no hay ninguna duda" de que fue Estados Unidos el que atacó los dos petroleros dañados recientemente en el Golfo de Omán. Y un comandante de la Guardia Revolucionaria iraní agregó en tono amenazante que las bases estadounidenses y el portaaviones Lincoln, que navega por el Mar Arábigo, están al alcance de los misiles iraníes.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le dijo a un corresponsal de la NBC que estaría dispuesto a tener conversaciones con el ayatolá o el presidente de Irán, añadiendo que los misiles balísticos de Teherán tendrían que ser incluidos en cualquier acuerdo.