El presidente Donald Trump declaró ayer que el último reducto que le queda al grupo Estado Islámico en Siria será liberado por fuerzas respaldadas por Estados Unidos "para esta noche" (por anoche).
El presidente Donald Trump declaró ayer que el último reducto que le queda al grupo Estado Islámico en Siria será liberado por fuerzas respaldadas por Estados Unidos "para esta noche" (por anoche).
El mandatario habló con la prensa frente a la Casa Blanca donde mostró dos mapas correspondientes a la expansión del grupo yihadista cuando llegó a la Casa Blanca en 2017 y en la actualidad.
"Cuando llegué era un caos", manifestó, mostrando el territorio que controlaba Estado Islámico (también conocido como Isis) marcado en rojo. "Ahora, en el (mapa) de abajo no hay rojo. De hecho sólo hay un pequeño punto (el enclave en Baghuz) que dejará de estar esta noche", precisó.
Asimismo, anunció que 400 efectivos estadounidenses permanecerán desplegados en dos puntos diferentes de Siria, sin dar más detalles al respecto. El resto de tropas serán replegadas durante los próximos meses.
El propio Trump anunció el 28 de febrero que las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) se habían hecho con el control de todo el territorio que llegó a tener en sus manos el grupo yihadista en Siria, lo que posteriormente se demostró como falso.
"Acabamos de terminar de tomarlo (el territorio)", dijo el mandatario estadounidense desde la base conjunta Elmendorf-Richardson de Alaska, durante una parada tras su cumbre en Vietnam con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un.
Las FDS, una alianza de combatientes árabes y kurdos liderada por los milicianos kurdos sirios de las Unidades de Protección Popular (YPG) y con el apoyo de las fuerzas militares estadounidenses, están combatiendo contra Estado Islámico para expulsar a sus milicianos de la localidad de Baghuz.
La derrota de Estado Islámico en esta batalla significaría el final de sus posesiones territoriales, cuando en 2014 llegaron a controlar más de un tercio de Siria e Irak, prometiendo la creación de un califato en toda la región.
A pesar de que la toma de Baghuz sería un punto de inflexión en los ocho años de guerra siria, Estado Islámico sigue siendo una amenaza en muchos aspectos. Algunos de sus combatientes están escondidos en ciudades iraquíes o en el desierto sirio y amenazan con una campaña insurgente para desestabilizar al gobierno.
Los combatientes sirios respaldados por Estados Unidos revisaban túneles ayer, un día después de arrebatar el último reducto en manos de los extremistas, informó un funcionario.
La prolongada batalla para recuperar los últimos puestos parecía llegar a su término. En las últimas 20 horas no hubo indicios de fuertes tiroteos, aunque las autoridades dijeron que algunos milicianos seguían sin rendirse.
Ciyager Amed, representante de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por los kurdos, dijo que sus combatientes estaban buscando cualquier escondite del Estado Islámico en una zona junto a un río en Baguz. Las FDS todavía no anunciaban una victoria ante el grupo extremista, conocido también por las siglas ISIS.
Periodistas de The Associated Press vieron a soldados de las FDS subiendo a niños y mujeres a tráileres en una colina en Baguz, una señal de que seguían las evacuaciones. Desde la villa podía verse humo negro.
Las Fuerzas Democráticas Sirias tomaron el control del campamento que estaba en manos de ISIS después de que cientos de milicianos se rindieron durante la madrugada, señalando el colapso del grupo tras meses de dura resistencia.
Los combatientes sirios celebraron después de meses de batallas arduas y ofensivas intermitentes donde miles de personas —muchos de ellas mujeres y niños— desalojaron la zona.
Los milicianos han librado una batalla desesperada, con su maquinaria de propaganda trabajando incluso al borde del colapso.
La toma completa de Baghuz representaría el fin del autoproclamado califato, el cual llegó a abarcar enormes franjas de territorio de Siria e Irak.