El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, propondrá la semana que viene el reparto de otros 120.000 refugiados entre los países comunitarios, confirmó hoy una portavoz de la institución. a La imagen del pequeño Aylan arrastrado a una playa turca por las aguas del Mediterráneo tuvo el efecto de un tsunami que estremeció al mundo y obligó a los responsables políticos a tomar posición sobre el drama de la migración en Europa.
Esa cifra “se sumaría” a los 40.000 refugiados de Grecia e Italia que la Comisión recientemente ya propuso repartir entre el resto de naciones de la Unión Europea (UE).
La propuesta, que fue avanzada el jueves por algunos medios de comunicación, la presentará Juncker el próximo miércoles en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo.
"Si esa imagen conmovió al mundo, también debe mover a todas las responsabilidades", declaró ayer el presidente francés, François Hollande, visiblemente afectado por la escena del cuerpo sin vida de ese pequeño sirio de tres años que, junto a su familia, sólo intentaba huir de la guerra.
En tanto, los ministros de Exteriores de la UE celebran hoy una reunión informal en Luxemburgo y varios de ellos se pronunciaron sobre la crisis de refugiados antes del inicio de la misma.
El ministro alemán, Frank-Walter Steinmeier, advirtió del riesgo de una división de Europa debido a esta crisis. “No superaremos esta tarea si no dejamos de apuntar con el dedo al vecino”, afirmó. “Las acusaciones mutuas no nos llevarán a superar el problema. Europa no debe dividirse ante semejante reto”, añadió.
Precisamente el ministro de Exteriores húngaro calificó de “inaceptables” las críticas de otros políticos europeos a su país. “Es inaceptable que recibamos fuertes críticas mientras cumplimos con la legislación europea. Creo que es muy injusto”, afirmó Peter Szijjarto.
“Establecimos zonas de tránsito en las que los migrantes pueden presentar sus solicitudes de asilo y tomaremos una decisión en un par de días, hasta entonces los migrantes tienen que estar en esas zonas de tránsito”, explicó el ministro húngaro.
“Ahora tenemos una situación dramática en Budapest porque hay migrantes que se niegan a cooperar con las autoridades húngaras en lo que se refiere a la toma de huellas dactilares y de fotos”, dijo Szijjarto.
“Una estación de tren no es un centro para refugiados, tienen que salir de la estación (...) e ir a los centros de refugiados”, añadió.