El partido conservador del primer ministro holandés, Mark Rutte, amplió ayer su triunfo electoral del miércoles sobre la ascendiente ultraderecha, en medio de alivio y celebración entre los líderes de la Unión Europea (UE) incluso pese al hecho de que la agrupación del antieuropeísta Geert Wilders quedó en segundo lugar. Escrutada la casi totalidad de los votos, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), de Rutte, obtuvo 33 de las 150 bancas del Parlamento, ocho menos que en las últimas elecciones, en 2012, pero dos más que las que le había dado el miércoles un sondeo de boca de urna. La victoria deja a Rutte, de 50 años, a las puertas de su tercer mandato, al darle derecho a ser el primero en intentar formar una coalición de gobierno con otros partidos que le asegure la mayoría parlamentaria, en conversaciones entre líderes partidarios que se espera que comiencen en breve.
Pese a que sus expectativas de voto eran mucho mayores, Wilders también celebró, ya que su Partido por la Libertad (PVV) cosechó 20 asientos y quedó solo en el segundo lugar, rompiendo la paridad con otras dos formaciones que había mostrado el boca de urna."Eramos el tercer mayor partido de Holanda. Ahora somos el segundo mayor partido. La próxima vez seremos el número 1", tuiteó ayer Wilders, de 53 años.
Rutte, por su parte, disfrutó ayer del triunfo en un café del centro de La Haya leyendo discretamente la prensa y sin escoltas, mimetizado entre ciudadanos y turistas. Mezclado con los turistas y vecinos que aprovechaban la primavera anticipada de la que goza estos días el país, el dirigente leía en una terraza la noticia de su victoria en los diarios del país. El premier en funciones recibió las felicitaciones de los transeúntes, que frente a la discreción de los clientes de las mesas vecinas, repararon pronto en el hombre alto, con gafas, ataviado con pantalón gris, camisa celeste y chaquetón azul, que acapara todas las portadas.
Tras la victoria del Brexit en el Reino Unido y de Donald Trump en Estados Unidos, los comicios en Holanda eran considerados una medida de la fuerza de la creciente extrema derecha en Europa, en especial antes de las cruciales elecciones de abril en Francia, de septiembre en Alemania y de febrero en Italia. El triunfo de Rutte es una gran noticia para la UE, que temía una victoria de Wilders, quien propone que Holanda abandone el bloque comunitario y el euro, además de cerrar las fronteras a los inmigrantes musulmanes, clausurar mezquitas y prohibir las ventas del Corán.
En Francia, la ultraderechista Marine Le Pen, líder del partido Frente Nacional (FN), encabeza los sondeos para la primera vuelta, aunque sería derrotada en la segunda y definitiva de mayo. El presidente francés, el socialista François Hollande, felicitó a Rutte por su "clara victoria contra el extremismo" y subrayó que "los valores de apertura, de respeto de los demás y de fe en el futuro de Europa son la única respuesta verdadera a las pulsiones nacionalistas y de repliegue que sacuden el mundo". Sin embargo, el secretario general del FN, Nicolas Bay, señaló que el resultado de Wilders ilustra la pujanza de los "patriotas" en Europa y que ganará la próxima vez.
En una línea similar, el vicepresidente de la formación ultraderechista francesa, Florian Philippot, estimó que "el hecho de que (Wilders) progrese muestra que hay una aspiración de los pueblos europeos a más soberanía, a más independencia y contra la inmigración masiva".
En Alemania las elecciones serán el 24 de septiembre. Los sondeos dan un empate técnico entre los democristianos de la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas, pero el partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) ingresaría por primera vez al Parlamento, con entre nueve y 11 escaños.
En tándem con el presidente francés y otros líderes de la UE, Merkel, expresó ayer su satisfacción por la "elevada participación" en las elecciones de Holanda y por el consiguiente "resultado proeuropeo". "Fue un buen día para la democracia", afirmó la canciller. El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, fue el primero en felicitar a Rutte por su triunfo "contra los extremistas".
Durante la campaña, Rutte descartó invitar al PVV de Wilders a formar una coalición si ganaba las elecciones, luego de que el ultraderechista lo traicionara en 2012 cuando le retiró su apoyo por la política económica de ajuste del premier, lo cual provocó la caída del gobierno y el adelantamiento de comicios. Wilders adoptó ayer un tono conciliatorio, ante la inminencia de las conversaciones para formar gobierno. "Me gustaría cogobernar como PVV, si fuera posible. Pero si eso no funciona, apoyaremos al gabinete, donde se necesite, en cuestiones que sean importantes para nosotros", dijo.
Se espera que Rutte trate de armar una coalición con los que serían sus aliados más naturales, el derechista partido Llamada Democristiana (CDA) y los centroderechistas de D66, que obtuvieron 19 escaños cada uno. Los tres partidos juntos sumarían 71 bancas, cinco menos que los 76 necesarios para tener mayoría. Eso significa que tendrá que atraer a un cuarto partido para su coalición. Rutte podría recurrir a los 9 escaños de los laboristas (PvdA), sus socios de gobierno en la pasada legislatura. Sin embargo, queda por ver si el PvdA está dispuesto a volver a pactar con el VVD tras cuatro años y medio de alianza y la pérdida de 29 escaños en estos comicios, su peor resultado de la historia. Analistas consideran más probable que intente cortejar a los Cristianos Unidos, que sacaron cinco bancas, y quizás también a los más ortodoxos calvinistas del Partido Político de la Reforma (SGP), que lograron tres escaños.
El día después. El triunfador de los comicios holandeses inició los sondeos para conformar un Ejecutivo.