El derrumbe de parte de una ciclovía frente a la costa de Río de Janeiro que causó dos muertes arrojó más dudas sobre la organización de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica. Un trozo de 50 metros de la ciclovía Tim Maia, inaugurada el 17 de enero como uno de los legados de los Juegos para la ciudad, cedió como si fuera de cartón ante el habitual oleaje que golpea con furia el peñasco de la playa de Sao Conrado. Técnicos e ingenieros evalúan en forma preliminar que pudo haber existido una falla en el proyecto al no contemplar en toda su magnitud la fuerza con que las olas castigan los pilares de la senda de 3,9 kilómetros de largo y 2,5 metros de ancho. El profesor de Ingeniería de la Universidad de Río Paulo Cesar Rosman dijo a su vez que la ciclovía debió estar "atornillada a la viga" y no solamente apoyada sobre ella, para que el mar no lograra arrancarla.