El presidente de Brasil, Michel Temer, informó que su gobierno estudia un sistema que, de facto, limita la entrada de inmigrantes venezolanos al país por la frontera norte, luego de que autorizó a los militares a tomar el control de la seguridad en la región durante dos semanas. Como una forma de afrontar el éxodo masivo, Temer señaló que el Ejecutivo brasileño estudia "dar turnos para que entren 100, 150 o 200 venezolanos por día para organizar un poco más los ingresos" al país por tierra. Las autoridades brasileñas aseguran que, en promedio, 600 o 700 personas entran cada día por Roraima, y de ellos, permanecen en el país 20 o 30 por ciento.
La opción fue discutida en las reuniones que su gobierno celebró el martes para hablar de la crisis migratoria, dijo Temer a la emisora local Radio Jornal. El mecanismo planteado prevé entregar fichas a los cientos de venezolanos, muchos de ellos hambrientos o enfermos, que entran a diario a Brasil por el norteño Estado de Roraima y limitar así su número, explicó el mandatario. "Ahora entran 700, 800 cada día. Y eso está creando problemas hasta para la vacunación", aseguró también sobre la actual llegada masiva de venezolanos a Roraima. "Es inadmisible lo que está ocurriendo en Venezuela", dijo. "Está poniendo en riesgo la armonía en todo el continente", comentó sobre la grave crisis económica y social en el país vecino. "No es sólo Brasil que sufre las consecuencias, sino también Perú, Ecuador, Colombia, varios países de América latina", agregó, al anunciar el martes el decreto de movilización de las fuerzas armadas a esa región. La decisión se produce pocas horas después de que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, abogara por la aplicación de sanciones contra la "dictadura" del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
La emigración masiva desde Venezuela ha puesto a Sudamérica ante la que podría ser la mayor crisis de refugiados de su historia. Según cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), unos 2,3 millones de venezolanos han dejado en tanto su país debido a la hiperinflación y la falta de alimentos y medicinas. La avalancha toca a toda América latina: en Brasil, Perú y Panamá hubo brotes xenófobos en la población local que ve amenazados sus empleos y servicios básicos. Salvo en Costa Rica, los países centroamericanos, incluido el aliado Nicaragua, pusieron visas a los venezolanos. En Brasil, la llegada se concentra en Roraima, el Estado de menor población del gigante sudamericano. Hace 11 días se registraron incidentes xenófobos en la localidad fronteriza brasileña de Pacaraima. Varios habitantes locales destruyeron los campamentos donde vivían venezolanos después de que un comerciante brasileño fueron asaltado presuntamente por migrantes. Unas 1.200 personas cruzaron después la frontera de regreso a Venezuela por temor a más ataques.
Roraima cifra en más de 50.000 el número de venezolanos asentados en su territorio y pide un cierre temporal de la frontera, alegando que la migración masiva está colapsando sus servicios públicos. Muchos migrantes viven en la calle, sobre todo en la capital regional, Boa Vista. El gobierno brasileño anunció recientemente que intensificará un plan para reubicar a migrantes en otras regiones de Brasil, así como para abrir más refugios para venezolanos en esta localidad fronteriza.
Refuerzo de frontera
El martes, Temer ordenó el despliegue de las fuerzas militares para afrontar la crisis migratoria en la frontera con Venezuela. "Decreté el uso de las Fuerzas Armadas por (un decreto de) Garantía de Ley y Orden en el Estado de Roraima", señaló el mandatario después de una reunión de su gabinete ministerial en Brasilia, diez días después de que se registraran los incidentes xenófobos en la región. La medida busca "ofrecer seguridad a los ciudadanos brasileños y a los migrantes venezolanos que huyen en busca de refugio en Brasil", agregó Temer en un pronunciamiento en el Palacio de Planalto. "Tomé esa decisión para complementar las acciones humanitarias que el gobierno federal promueve desde hace varios meses en (las ciudades de Roraima) Pacaraima y Boa Vista", señaló también el mandatario.
Temer, el más impopular de los presidentes brasileños de las últimas décadas, toma estas iniciativas a poco más de un mes de las elecciones presidenciales del 7 de octubre, en las cuales ningún candidato alineado con las políticas de liberalismo económico del gobierno figura entre los favoritos.
El ministro de Defensa, Joaquim Silva e Luna, afirmó que en los próximos días se detallará el número de efectivos y el costo de la operación, pero aseguró que "las tropas ya están en sus posiciones". A su vez, el ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, Sergio Etchegoyen, explicó por su lado que las Fuerzas Armadas podrán asumir funciones policiales. El canciller Aloysio Nunes aseguró que el gobierno brasileño no tiene "ningún plan de cerrar la frontera", pese a los llamamientos en ese sentido de las autoridades de Roraima.
Campaña "de odio"
Maduro ha denunciado una campaña "de odio" contra los venezolanos que emigraron a países vecinos como Colombia, Perú, Ecuador y Brasil, e instó a estas personas a retornar a su país. El gobierno socialista atribuye la estampida a una "campaña de la derecha" y dice estar seguro de que los migrantes volverán, porque el plan de Maduro, que incluye un aumento de 3.400 por ciento del salario mínimo, dará resultado. "Dejen de lavar pocetas (baños) en el exterior y vengan a vivir la patria", exhortó. Unos 2,3 millones de venezolanos han abandonado su país para escapar de la crisis social y económica en la que vive sumido desde 2015, según datos de la ONU. De ellos, alrededor de 600.000 han recalado en territorio colombiano, una cifra que Maduro puso en "duda" durante un discurso televisado.
Lo que el mandatario chavista sí considera probado es que a los venezolanos que emigran "los persiguen, los discriminan, los esclavizan, los desprecian", hasta el punto de que se habrían convertido en "esclavos económicos" al servicio de la "oligarquía". El Ejecutivo venezolano anunció el lunes el inicio de un "plan de vuelta a la patria" que se tradujo por ahora en el regreso de 89 personas que se estaban en Perú. Según el Ministerio de Exteriores venezolano, estos retornados se fueron "atendiendo las falsas promesas y las mentiras de los centros de poder y la guerra mediática". "Recibimos solicitudes por miles en nuestras embajadas, pero no podemos expresarlo hasta que eso esté ocurriendo en tiempo real para evitar cualquier tipo de retaliaciones contra venezolanos que deseen ser repatriados", dijo el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.