Hurdal, Noruega. — Los diálogos de paz entre el Estado colombiano y las guerrillas comunistas Farc finalmente se iniciaron en esta ciudad noruega, luego de dos días de dilaciones. El de ayer fue un solo un inicio formal, dado que de inmediato se levantó el escenario para esperar a los verdaderos diálogos, que se iniciarán el próximo 15 de noviembre en La Habana, Cuba. Ayer, tanto los negociadores del presidente Juan Manuel Santos como de las Farc dejaron en evidencia las enormes divergencias sobre las cuestiones de fondo que tienen y que han tenido a Colombia sumergida en casi 50 años de terrorismo y conflicto armado. Ambas partes dieron conferencias de prensa por separado luego de la presentación oficial. A pesar de todo, ambos dijeron estar dispuestos a encontrar caminos para acabar con el conflicto. Estos diálogos son el cuarto intento de alcanzar la paz con la mayor guerrilla colombiana desde los años 80.
De regreso.Tras casi tres horas, entre los discursos y las dos ruedas de prensa separadas de los negociadores del gobierno, primero, y de los representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) después, los delegados anticiparon que regresaban de inmediato a Cuba y Bogotá. En La Habana permanecen los delegados de la insurgencia y allí se volverán a reunir con su contraparte el 15 de noviembre. La agenda de La Habana comenzará por el tema del desarrollo agrario integral. Cuba es una aliada histórica de la guerrilla fundada en 1964.
Los acuerdos parecieron llegar sólo hasta ahí, la fecha de encuentro y el tema por el cual comenzar a discutir. Los delegados se presentaron ayer ante la prensa en un salón del hotel Hurdalsjoen de la localidad de Hurdal, a 75 kilómetros al norte de la capital noruega de Oslo. Para sorpresa de los presentes, todos se sentaron en silencio en una mesa —del lado derecho, los negociadores del gobierno y del izquierdo, los de la guerrilla, separados por representantes de los Estados garantes, Cuba y Noruega, y flanqueados por delegados de los Estados "acompañantes", Chile y Venezuela. El delegado cubano leyó un comunicado conjunto sobre el inicio del diálogo. Tras esa lectura, el jefe de los negociadores gubernamentales, el ex vicepresidente Humberto de la Calle, dio un discurso, seguido de otro de Iván Márquez, el jefe negociador de las Farc.
En sus alocuciones, quedaron aún más patentes las diferencias. Las discrepancias llegaron a un punto en que ante la notoria molestia del negociador estatal, Jesús Santrich, de la delegación de las Farc, le indicó: "Tranquilo, apenas estamos empezando".
Agenda cerrada.El gobierno colombiano es terminante: la agenda negociada entre las partes —de forma secreta durante más de seis meses en Cuba y que divulgó públicamente el 4 de septiembre— no se cambiará, y si no hay avances se suspenderán los diálogos. "El gobierno ha dicho que no es rehén de este proceso", dijo De la Calle. Agregó que "ni el modelo económico, ni la doctrina militar, ni la inversión extranjera, están en discusión. La mesa de diálogo se limitará sólo a los temas que están en la agenda", y las ideas de las Farc las podrán "ventilar una vez acabe el conflicto, y tendrán que hacerlo sin armas. Una vez se firme el acuerdo final que termina el conflicto, harán política como organización".
Además, el jefe negociador del Estado insistió en que se buscará que haya reparación para las víctimas, y señaló que las Farc "tendrán que darle la cara a las víctimas". Es que en Colombia hay un fuerte movimiento de familiares de víctimas de las Farc que reclaman un lugar en la mesa de diálogo y reparación para sus familias. Ayer se reunieron nuevamente en el centro de Bogotá para recordar a sus deudos y reclamar un lugar en la mesa. Muchos afirman que sus familiares están vivos, secuestrados en manos de las Farc, que sin embargo niega tener rehenes en su poder.
Otro punto conflictivo fue la ausencia forzada de un negociador de las Farc, Simón Trinidad, preso en EEUU. De la Calle afirmó que "la presencia de Trinidad no está en discusión. Esa posibilidad no está siendo contemplada". En otro gesto que provocó molestia en la delegación oficial, uno de los negociadores rebeldes se levantó de su asiento y dejó sobre la mesa un papel en el que escribió el nombre de Trinidad.
Ambientalismo. El jefe de la delegación de las Farc, Iván Márquez, declaró que "el gobierno de EEUU haría un gran aporte a la reconciliación de la familia colombiana facilitando la participación de Trinidad". Márquez declaró asimismo que "la locomotora minero-energética (de Colombia) es como un demonio de destrucción socio-ambiental, si el pueblo no la detiene en menos de una década convertirá a Colombia en un país inviable". Para Márquez, "en Colombia no hay economía nacional, quienes exportan el petróleo, el carbón, el níquel, el oro y se benefician con ellos son las multinacionales, los gobernantes vendidos, no del país". Pareció claro que las Farc aprovecharon la enorme atención de los medios para hacer conocer sus puntos de vista, más allá de la agenda.
El iniciado ayer es el primer proceso de paz en 10 años. El conflicto armado, además de las víctimas que provoca a diario, limita a la cuarta economía de América latina, beneficiada por el auge de materias primas o commodities. Colombia creció un 5,9 por ciento en 2011 y espera este año una expansión de al menos un 4,8 por ciento.