Cuatro transeúntes escuchan con atención un transistor de radio en un quiosco de prensa en Atenas. En la emisora no transmiten un partido de fútbol, sino las noticias. "Queremos saber qué pasará después del referéndum", explica uno de los hombres. "Se trata de nuestro dinero, tenemos miedo por nuestros ahorros".
Los griegos deciden hoy en las urnas si aceptan o rechazan las propuestas de reformas y recortes de los acreedores internacionales. La histórica votación podría suponer el primer paso para el inicio de nuevas conversaciones entre Atenas y sus acreedores o hacia una salida del país de la zona euro.
Un día antes del referéndum, a los ciudadanos les preocupa las informaciones de prensa que apuntan a un posible recorte de los depósitos bancarios superiores a 8.000 euros. "Yo tengo 11.000 euros en la cuenta", explica uno de los transeúntes. Como el resto de los griegos, tampoco él puede acceder a ese dinero. Los bancos están cerrados desde el lunes y cada cliente sólo puede retirar 60 euros al día en los cajeros automáticos.
La presidenta de la asociación de bancos griegos, Louka Katseli, rechazó ayer la existencia de esos supuestos planes, pero sus palabras no lograron tranquilizar a la población. Al contrario. "Los pagos en los cajeros automáticos están asegurados hasta la noche del lunes", explicó, sin dejar claro qué ocurrirá después. ¿Acaso no habrá más dinero a partir de entonces en los cajeros?
Escenarios posibles. Eso podría depender en parte del resultado del referéndum. Si los griegos votan "sí" y aceptan las condiciones de la UE, podrían dejar el camino abierto a nuevas negociaciones, afirma la prensa. Y eso podría llevar al Banco Central Europeo (BCE) a facilitar más liquidez a los bancos. El diario populista RealNews llamó a votar "nai" ("sí") con un dramático titular: "¡Salvar a la patria!".
El gobierno de izquierda de Alexis Tsipras lo ve de otra manera. El premier cree que una victoria del "no" fortalecerá su posición en Bruselas y conseguirá que los acreedores propongan mejores condiciones a Atenas. Políticos e intelectuales de izquierda acusan a la Comisión Europea, el BCE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de haber sumido a Grecia en la crisis con sus exigencias de recortes. "Yo votaré «no», para que los extranjeros no sigan interviniendo en nuestra soberanía nacional", anunció el compositor Thanos Mikroutsikos. En algunas pancartas por el "no" ("ochi") puede verse a un ceñudo Wolfgang Schäuble. Bajo la imagen del ministro de Finanzas alemán se lee: "Desde hace cinco años te chupa la sangre. ¡Ahora dile «no»!"
Entre dos males. El problema es que, independientemente del resultado, no se avista una solución de la dramática crisis. "Grecia tiene que elegir entre una solución mala y otra muy mala", resumió el diario conservador Kathimerini".
En tanto, el gobierno heleno aseguró que los bancos del país volverán a abrir próximamente. Pero para ello puso como condición un acuerdo con los acreedores y nadie sabe cuando se logrará eso. Por el momento muchos griegos salen adelante con los 60 euros diarios que pueden sacar del banco. Los jubilados que no tenían tarjeta, ni de débito ni crédito, sólo pudieron retirar un total de 120 euros esta semana en las entidades que abrieron especialmente para ellos. "No me lo gastaré de inmediato en el supermercado", cuenta Nikos Evangelakos, de 71 años. "Quién sabe cuándo podremos volver a sacar dinero".
"Lo que están haciendo tiene nombre: terrorismo"
Mientras los griegos se preparan para votar hoy en un crucial referéndum sobre las propuestas de sus acreedores, el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varoufakis, arremetió contra las instituciones internacionales en entrevistas con diarios europeos. "Lo que están haciendo con Grecia tiene nombre: terrorismo", afirmó en una entrevista con el periódico español El Mundo. "¿Por qué nos han forzado a cerrar los bancos? Para insuflar el miedo en la gente. Y cuando se trata de extender el terror, a ese fenómeno se le llama terrorismo", aseguró.
Según el ministro heleno, "todo esto lo tenían preparado desde el principio, (...) ya hace cinco meses existía un plan para acabar con un gobierno que no aceptaba dejarse chantajear por el «establishment» europeo".
Varoufakis fue más allá en una entrevista que publicará hoy el Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung y acusó a su homólogo alemán de estar a favor de una salida de Grecia del euro desde hace mucho tiempo. "En 2012 el señor (Wolfgang) Schäuble ya dejó claro que él favorecería un «Grexit», apuntó. El término Grexit es un acrónimo que proviene de la palabra compuesta inglesa Greece (Grecia) y exit (salida). En esa misma entrevista, el ministro griego culpa a los acreedores del cierre de los bancos: "Europa decidió chantajearnos para que firmásemos un acuerdo que no es bueno para nadie".
Ruptura imprevista. Después de meses de negociaciones y cuando todo hacía apuntar a un posible acuerdo, hace una semana el gobierno griego rompió las negociaciones y convocó para hoy a un referéndum sobre la última propuesta de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Tras ello, el BCE mantuvo, pero no aumentó los créditos de emergencia a través de los que suministra liquidez a los bancos griegos. El gobierno decretó entonces el cierre de los bancos durante una semana e impuso un límite máximo de 60 euros diarios que los ciudadanos pueden retirar desde entonces en los cajeros automáticos, para evitar una fuga de capitales. "Sea cual sea el resultado del referéndum, el lunes habrá un acuerdo", vaticinó el ministro Varoufakis en su conversación con el diario "El Mundo".
Sin embargo, Schäuble advirtió previamente que las negociaciones para nuevas ayudas requerirán "un tiempo". Las negociaciones para nuevas ayudas tendrán lugar "sobre una base completamente nueva y en condiciones económicas más difíciles", alertó el político cristianodemócrata (CDU) en una entrevista que fue publicada ayer por el diario Bild.
"Lo que ocurre es que si gana el «sí» en el referéndum tendremos un acuerdo no ya malo, sino absolutamente nefasto (...) Ese acuerdo (...) sencillamente impediría crear las condiciones de esperanza y estabilidad que esta economía necesita para empezar a levantar cabeza", apuntó por su parte Varoufakis.