Baltasar Garzón deja de ser juez instructor de la Audiencia Nacional, al menos temporalmente: el órgano de gobierno de los jueces españoles lo suspendió hoy en sus funciones de forma cautelar, tras la apertura de juicio oral en su contra por supuesta prevaricación en la investigación de los crímenes de Franco.
La decisión se tomó por unanimidad en el pleno extraordinario que esta mañana celebró el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en Madrid. La legislación española establece que un juez a quien se sienta en el banquillo debe ser suspendido provisionalmente en sus funciones, hasta ver si en el juicio es declarado inocente.
La suspensión de Garzón, de 54 años, apunta a que no se le podrá declarar en situación de servicios especiales para irse como asesor de la fiscalía durante siete meses a la Corte Penal Internacional (CPI), un traslado que el magistrado solicitó el martes. El CGPJ tenía previsto decidir esta tarde al respecto.
Un día después de hacer esa petición, el juez del Tribunal Supremo español Luciano Varela decidió sentarlo en el banquillo por presunta prevaricación intencionada en su investigación de los crímenes franquistas cometidos durante la guerra civil (1936-1939) y la posterior dictadura de Francisco Franco (1939-1975).
“No se afrontan las situaciones complejas con optimismo, sino con tranquilidad, con la tranquilidad que da saber que soy inocente de lo que se me acusa. Como hombre respetuoso con la ley, sólo me queda asumir la decisión de mañana ejerciendo mi defensa para que quede absolutamente clara cuál es la situación”, dijo el propio Garzón el jueves por la tarde, durante un acto en la Casa de América.
El magistrado trató no obstante de frenar in extremis su suspensión: su abogado presentó esta mañana un recurso de nulidad contra la apertura de juicio oral dictada por Varela, si bien esa petición no paralizó su suspensión. (DPA)
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