El presidente Jair Bolsonaro afirmó en Dallas que Brasil y Estados Unidos “tendrán problemas enormes” en caso de que Cristina Fernández de Kirchner vuelva al gobierno en la Argentina. Argentina puede convertirse “en una nueva Venezuela del Cono Sur”. “Viajaré pronto a la Argentina, vamos a colaborar en todo lo que sea posible sin inmiscuirnos en la política interna pero conscientes de que si tenemos otra Venezuela en el Cono Sur los problemas serán enormes para nosotros y para ustedes”, dijo Bolsonaro en un discurso en Dallas, al recibir el premio de Personalidad del Año de la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos. Bolsonaro viajará el 6 de junio a la Argentina para reunirse con el presidente Mauricio Macri.
En su discurso en Dallas, transmitido por la televisión oficial brasileña, repitió lo manifestado ayer ante el ex presidente estadounidense George W. Bush sobre el “riesgo” de que las elecciones de octubre sean ganadas por la senadora Fernández.
Al repudiar a la izquierda opositora brasileña durante su discurso, Bolsonaro advirtió que “la Argentina está yendo hacia un lugar complicado”.
El brasileño agregó: “Con problemas estructurales en el país, mi amigo Macri enfrenta dificultades y ve crecer la posibilidad de que vuelva la anterior presidente, una amiga del Partido de los Trabajadores de Brasil, de (Hugo) Chávez, (Nicolás) Maduro y Fidel Castro”, reseñó en Dallas.
Bolsonaro dijo que el PT en Brasil “tenía más que el sueño de robar el país, querían también robar la libertad”. En su discurso se refirió también a la huelga y manifestación docente del miércoles en Brasil, que configuró la primera protesta contra su gobierno, iniciado el 1º de enero. “Las universidades, escuelas secundarias y primarias, así como los medios, están tomados por la izquierda”, subrayó. Bolsonaro agregó que “respeta” y “admira” Estados Unidos, en el segundo viaje en cinco meses que realiza al país, que es el segundo socio comercial de Brasil después de China. Argentina es el tercer socio comercial de Brasil y el primero en el Mercosur. Macri visitó a Bolsonaro el 16 de enero en el Palacio del Planalto y ambos presidentes conversaron por teléfono el martes pasado. Pero, significativamente, Macri no asistió al acto de asunción de Bolsonaro el 1º de enero. El gesto de distanciamiento de Macri se interpretó como un intento de no quedar identificado o “pegado” con la figura del ultraderechista brasileño. Los continuos tropiezos que ha sufrido el brasileño desde entonces parecen justificar ese distanciamiento.
