Investigadores belgas realizaron este lunes un allanamiento en el Parlamento Europeo, en el marco del escándalo por corrupción que involucra a Qatar. Antes del operativo durante el fin de semana, hubo otros operativos y se detuvo a 4 personas, entre ellas a la vicepresidenta de la Eurocámara, la socialista griega Eva Kaili, a su padre y a un asesor que es pareja de Kaili. En su vivienda se hallaron fajos de euros y su padre intentó escapar de la policía con una valija llena de dinero. La fiscalía apuntó que en unos 20 allanamientos halló casi un millón de euros en efectivo.
Los detenidos son, además de Eva Kaili, el asesor parlamentario Francesco Giorgi (compañero sentimental de Kaili), el padre de la eurodiputada y ex eurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri y el lobysta Niccoló Figa-Talamanca, que dirige una ONG que sería una "pantalla".
La sombra del escándalo se extendió a la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE. El vicepresidente Margaritis Schinas, también él griego, y un viaje a los países del Golfo entre el 18 y el 21 de noviembre están en la mira de los fiscales. Durante ese viaje Schinas subrayó los "avances en las reformas" supuestamente realizados por Qatar, y en un restaurante de Abu Dhabi se reunió con Eva Kaili.
La policía belga se hizo con toda la información de las computadoras de 10 funcionarios del Europarlamento, que fue “congelada” para evitar que desaparezcan datos. Los técnicos realizaron una operación de búsqueda durante un allanamiento en la sede en Bruselas del Legislativo europeo.
La fiscalía apuntó que en unos 20 allanamientos halló casi un millón de euros en efectivo. Unos 600.000 euros fueron hallados en la residencia de uno de los sospechosos, el padre de la vicepresidenta Kaili; “varios cientos de miles de euros” en una valija en un hotel de lujo en Bruselas, y 150.000 euros en el departamento de una persona “integrante del Parlamento Europeo”.
Durante el fin de semana, la eurodiputada griega Eva Kaili, vicepresidenta del Parlamento Europeo, y las otras tres personas, incluido su padre, fueron detenidas e imputadas por recibir sobornos de Qatar a cambio de hacer lobby a favor del país árabe.
El escándalo provocó conmoción en el poder legislativo de la Unión Europea, que este lunes inició una semana de plenaria en su sede en Estrasburgo, en Francia. Al abrir la sesión, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, aseguró que “la democracia europea está bajo ataque. Que nadie se confunda: el Parlamento Europeo está bajo ataque. La democracia europea está bajo ataque. Nuestras sociedades democráticas, libres y abiertas están bajo ataque”, dijo Metsola.
La dirigente maltesa confirmó que acompañó personalmente uno de los allanamientos realizados en Bruselas y prometió una “investigación interna”. “No habrá impunidad”, dijo Metsola, quien también prometió que “nada será barrido debajo de la alfombra. No es exagerado decir que han sido los días más largos de mi carrera profesional. Debo elegir mis palabras cuidadosamente, de manera que no ponga en peligro investigaciones o socavar de cualquier forma la presunción de inocencia”, dijo. Con este argumento, la titular del Parlamento evitó identificar al país responsable del pago de los sobornos, pero mencionó que “actores malignos, vinculados a terceros países autocráticos supuestamente han transformado a ONGs, sindicatos, individuos, asistentes y eurodiputados en un arma”. Metsola agregó: “tenía previsto anunciar la apertura del mandato de negociación para la exención de visado con Qatar y Kuwait. A la luz de las investigaciones, este informe debe ser devuelto a comisión”.
En Estrasburgo imperaba un clima de verdadera conmoción ante el escándalo, y por ello fue convocada una reunión urgente de los presidentes de los bloques partidarios en el Parlamento Europeo, para discutir los detalles, el alcance y el impacto del caso. La presidenta de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que las denuncias eran “extremadamente preocupantes. Estas acusaciones son extremadamente preocupantes. Es una cuestión de confianza en las personas que están en el corazón de nuestras instituciones, y esa confianza presupone altos niveles de independencia e integridad”, expresó. No dijo nada sobre el vicepresidente de la Comisión, Margaritis Schinas, quien es uno de los sospechados.