
Viernes 22 de Octubre de 2010
La policía francesa reabrió hoy por la fuerza una refinería estratégica que estaba bloqueada desde hace 10 días en rechazo a la reforma jubilatoria del presidente Nicolas Sarkozy, que está a punto de ser aprobada por el Congreso.
Dirigentes sindicales dijeron que al menos tres personas resultaron heridas cuando la policía se enfrentó con decenas de personas que habían formado una “cadena humana” para impedir el desbloqueo de la refinería de Grandpuits, cerca de París.
La operación llegó cuando el Senado se apresta a adoptar la reforma, luego de que Sarkozy recurriera ayer a un procedimiento excepcional que acorta el debate y acelera el voto de la ley, que tiene media sanción y eleva la edad jubilatoria de 60 a 62 años.
Legisladores oficialistas, la prensa y analistas estiman que es casi seguro que el Senado
apruebe la ley esta tarde, pese a meses de protestas sindicales contra la reforma que
se radicalizaron en los últimos 15 días y degeneraron en serios hechos de violencia.
Policías antimotines con escudos y machetes llegaron la refinería de Grandpuits,
al este de París, por la noche con órdenes de las autoridades que intimaban a huelguistas a
retomar sus tareas en la planta, la fuente de combustible más cercana a la capital.
Los sindicatos intentaron formar una cadena humana para impedir la reapertura de la
refinería, pero la policía los dispersó y abrió la instalación, que estaba bloqueada desde
hace 10 días y era un bastión de la resistencia a la reforma, informó CNN.
Al día de hoy, cerca de un 20% de las estaciones de servicio de Francia se encontraban
todavía sin combustibles, una disminución respecto del 40% registrado días atrás, informó la
oficina del Ministro de Medio Ambiente, Jean-Louis Borloo.
Sarkozy ordenó ayer a autoridades regionales tomar las medidas necesarias para reabrir
depósitos de combustibles bloqueados por manifestantes opuestos a la reforma previsional,
a los que acusó de tomar de “rehenes” a los franceses y a la economía del
país.
El presidente conservador dice que la reforma es esencial para reestructurar el
deficitario sistema de pensiones y garantizar las jubilaciones de las generaciones
futuras.
Los sindicatos dicen que la jubilación a los 60 años es un derecho que se ganó con sangre,
sudor y lágrimas y que hay otras formas de obtener el dinero para las jubilaciones en vez de
hacer que los trabajadores paguen el costo.
El Senado se acercaba hoy al final del debate de la ley, que ya lleva más de 130 horas
y es el segundo entre los más largos celebrados en el Senado en los últimos 30 años.
La oposición socialista presentó 1.237 enmiendas, pero todas fueron rechazadas por el
partido UMP de Sarkozy y sus aliados, que tienen la mayoría en la cámara.
Luego de la votación en el Senado, el texto final deberá volver a ambas cámaras para su
sanción formal, prevista para la semana próxima.
Los sindicatos convocaron ayer a otras dos jornadas de protesta contra la ley, para el
jueves próximo y el 6 de noviembre. (Télam)