Amboise, Francia.— El presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidió ayer valor, calma y unidad para superar la crisis financiera y prometió asimismo nuevas reformas, sin mencionar la pérdida de la máxima calificación crediticia (AAA) de su país en su primera aparición pública desde la degradación.
La decisión de la agencia Standard & Poor’s (S&P) de reducir la calidad crediticia de Francia a AA+, anunciada en la noche del viernes, fue un golpe para la confianza nacional y las perspectivas de Sarkozy de obtener un nuevo mandato, tres meses antes de la primera ronda electoral.
Además, podría tener profundas consecuencias en Europa, potencialmente encareciendo el fondo de rescate para asistir a las naciones de la eurozona en apuros económicos. Al mismo tiempo, Standard & Poor’s redujo la calidad crediticia de otros países europeos, entre ellos Italia y España, por no adoptar medidas contundentes para salir de la crisis.
El presidente francés no se había pronunciado hasta ahora sobre la reducción, y los que tuvieron que dar la cara ante la medida, ampliamente anticipada, fueron su ministro de Hacienda y el primer ministro.
Aunque ayer evitó mencionar la reducción de la calificación, Sarkozy usó el discurso en conmemoración del centenario del nacimiento de uno de los fundadores de la Quinta República francesa, el primer ministro Michel Debré, para referirse a la crisis económica.
“La crisis se puede superar, siempre y cuando tengamos la voluntad colectiva y el coraje de reformar nuestro país”, apuntó. “Esto es una prueba, y ya que lo es, tenemos que encararla, tenemos que resistir, tenemos que luchar”, agregó. “Tenemos que demostrar valor y tenemos que demostrar calma”, aseveró el mandatario en el centro de Francia.
Respuesta a la oposición. El candidato presidencial socialista Francois Hollande, que encabezaba los sondeos de opinión incluso desde antes de la reducción, dijo que la medida fue el resultado de la fracasada política de Sarkozy. “No se responde a una crisis de esta magnitud con agitación, comentarios desabridos y polémicas”, respondió ayer el mandatario.
Sarkozy también prometió anunciar varias “decisiones importantes” antes de fin de mes —sin aportar detalles— para encarar la crisis.
El próximo miércoles el presidente francés se reunirá con los principales interlocutores sociales, a los que propondrá una serie de medidas económicas como la creación de un IVA social, mejoras en la competitividad de las empresas —que supondrá el fin de la semana laboral de 35 horas— y un impuesto sobre las transacciones financieras.
Su gobierno tuvo que reducir dos veces los gastos presupuestarios el año pasado para cumplir la promesa de equilibrar el presupuesto en 2016. El ministro de Hacienda Francois Baroin aclaró que, pese a la degradación, no serán necesarias nuevas medidas de austeridad.
Otra semana clave. Mientras tanto, hoy comienza otra semana de decisiones importantes en el marco de la crisis de deuda de la zona euro. En primer lugar, la “troika” conformada por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) evaluará los progresos hechos por Grecia en materia de ahorro. De dicha evaluación depende el pago de los próximos tramos de ayuda.
Mañana también será un día clave para Hungría: la Comisión Europea decidirá si inicia un proceso en su contra por violación de tratados de la UE, ya que acusa al gobierno conservador húngaro de intentar socavar la independencia del Banco Central, exigida por los estatutos del bloque europeo.
El viernes, en tanto, la canciller alemana Angela Merkel se reunirá en Roma con el primer ministro italiano Mario Monti y con Nicolas Sarkozy. El gobierno alemán se propone impulsar las difíciles negociaciones por el nuevo pacto fiscal europeo, imponiendo posibles sanciones a quienes no respeten los niveles de déficit prestablecidos.