El ministro italiano del Interior cedió ante las presiones, al permitir que 27 menores no acompañados abandonaran un buque humanitario después de dos semanas en el mar, con lo que mitigó un enfrentamiento político que puso en duda la viabilidad del gobierno del que es la figura fuerte.
En días recientes, el premier Giuseppe Conte había escrito una carta al ministro del Interior, Matteo Salvini, para exigirle que permitiera el desembarco de los menores. Tras la negativa inicial, Salvini respondió ayer que lo haría, pero dejó en claro que era decisión de Conte y no sentaba un precedente.
La organización no gubernamental española Open Arms subrayó que la decisión afectaba a 27 menores no acompañados, que fueron recogidos frente a Libia a principios de mes junto con más de 100 inmigrantes. Los menores fueron transferidos a un buque de la patrulla fronteriza italiana para que desembarcaran y fueran procesados en la isla siciliana de Lampedusa. Permanece incierto el destino del resto de los inmigrantes a bordo del Open Arms en la costa de Lampedusa.
El enfrentamiento puso de manifiesto la brecha entre el partido la Liga de Salvini y el Movimiento 5-Estrellas de Conte, socios en la coalición de gobierno. Salvini intenta poner fin a la coalición mediante una moción de censura y una elección anticipada que espera le dé la jefatura de gobierno.
Open Arms había ganado una batalla legal para ingresar a aguas territoriales italianas, y Conte había asegurado tener ofertas de España y otras cinco naciones de la Unión Europea para recibir a los inmigrantes. Pero la embarcación permaneció frente a la costa debido a una decisión de Salvini que prohíbe que atraquen buques de ayuda humanitaria. Salvini, el hombre más popular de Italia, exige que el drama de los inmigrantes sea enfrentado a nivel europeo y no por Italia en soledad.
El jefe de Open Arms, Oscar Camps, advirtió que el grupo no podía garantizar la seguridad de los inmigrantes ya que aumentaban las tensiones y estallaban peleas a bordo. Dijo a los gobiernos europeos que a partir del sábado ``no podemos ser responsables ni garantizar la seguridad a bordo de Open Arms”.
En medio del estancamiento en el diálogo, la ONG presentó una denuncia formal a la fiscalía de Sicilia en que alegó que los migrantes y la tripulación eran retenidos como rehenes. Salvini y otros ministros ya habían sido investigados anteriormente por presunto secuestro derivado del retraso de resoluciones previas, pero nunca les fueron presentados cargos.
El estancamiento con relación a Open Arms sucede al tiempo que otro buque humanitario, el Ocean Viking, viaja hacia la costa italiana con 356 migrantes a bordo y ningún puerto para desembarcar. En tanto, el único sobreviviente de una tragedia narró cómo pedía ayuda a buques y un helicóptero que pasaban, pero nadie escuchó sus plegarias. El etíope Mohammed Oga habló desde un hospital maltés, a donde fue llevado después de ser rescatado cuando su barcaza de goma fue vista por la agencia fronteriza europea Frontex.