La directora del servicio secreto estadounidense, Julia Pierson, renunció ayer tras una serie de fallas de seguridad registradas en septiembre, cuando un veterano de guerra violó la seguridad de la Casa Blanca y un hombre armado y con antecedentes penales viajó en ascensor con el presidente Barack Obama durante una visita a Atlanta. Pierson, que llevaba en el cargo desde marzo de 2013, enfrentó un creciente clamor de los congresistas para que dejara el cargo tras el incidente del pasado 19 de septiembre, cuando un veterano de la guerra de Irak traspasó la verja de la Casa Blanca, corrió por el césped y llegó a entrar en la mansión antes de ser interceptado. El martes, Pierson dijo ante un comité el Congreso que aceptaba "toda la responsabilidad" por los errores de seguridad. Presentó su renuncia ante el secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, que la aceptó.
El agente retirado Joseph Clancy, quien ya había custodiado a Obama, fue nombrado director interino del servicio secreto, que protege al presidente, a otros altos funcionarios y mandatarios visitantes, así como también investiga crímenes financieros.
Alarma en Washington. Las fallas despertaron la preocupación en Washington por la posibilidad de que Obama no esté tan protegido como debería en un momento de gran inestabilidad global.
Durante la visita del mandatario el 16 de septiembre a una oficina de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en Atlanta, un guardia de seguridad privado con antecedentes penales, subió con él al ascensor y sólo llamó la atención cuando empezó a sacar de forma "bastante poco profesional" una serie de fotos del presidente con su smartphone. Cuando el servicio secreto se quejó al jefe directo del guardia sobre su comportamiento, se llevaron la siguiente sorpresa desagradable. El hombre fue despedido "de inmediato", y en ese momento sacó su arma de servicio y se la entregó al superior, ante lo cual los agentes se mostraron "sorprendidos" porque no se habían dado cuenta de que llevaba una, denunció el Washington Post. Según las reglas del servicio secreto, no puede haber ninguna persona armada en las inmediaciones de los presidentes, salvo sus guardaespaldas.
En el otro caso, inicialmente se apuntó que Oscar Gonzalez, de 42 años, había sido detenido en el área de ingreso de la Casa Blanca luego de saltar una elevada valla que rodea el terreno. Pero un reporte del Washington Post indicó que el hombre armado con un cuchillo fue mucho más lejos el 19 de septiembre pasado: llegó hasta la Sala Este, utilizada para recepciones o conferencias de prensa. El sujeto ya fue acusado de tres cargos y ayer compareció nuevamente ante un tribunal en Washington.
El presidente estadounidense se comunicó telefónicamente con Pierson, quien trabajó durante 30 años en el servicio secreto, para agradecerle su labor, señaló portavoz gubernamental Josh Earnest.
Disparos a la Casa Blanca. El servicio secreto, que cuenta con unos 3.400 agentes, protege a Obama las 24 horas del día, así como a su esposa Michelle y sus dos hijas. Además, este fin de semana se conoció un caso de 2011 en el que un hombre disparó varias veces con un rifle contra la Casa Blanca sin que los agentes se percataran. El sospechoso fue detenido más tarde sólo gracias a un hecho casual: los casquillos de las balas fueron hallados por una empleada de la limpieza.