El presidente de Italia convocó a su despacho al líder demócrata Matteo Renzi para una reunión en la cual se espera le dé mandato de formar un nuevo gobierno. La oficina del presidente Giorgio Napolitano informó que la cita fue programada para las 10,30 de hoy, hora italiana. Renzi tomó un auto ayer por la tarde y salió desde su casa de Florencia hacia Roma. De ser confirmado por el Parlamento, tal vez esta misma semana, será el premier más joven de la historia republicana de Italia con sus 39 años.
El astro político en ascenso del centroizquierda recurrió la semana pasada a maniobras en su Partido Demócrata (PD) para hacer colapsar al gobierno del primer ministro Enrico Letta. El partido le retiró el jueves a Letta su confianza en un congreso de delegados a instancias de Renzi. Letta renunció el viernes ante Napolitano. Renzi trata ahora de encaberzar una coalición similar a la de Letta, y por ahora deja cerrada la puerta a incorporar al partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia. En enero pasado ambos líderes se reunieron para acordar una agenda de reformas institucionales, algo que causó revuelo en el PD, adversario histórico de Berlusconi. La amplia coalición de Letta, que lo sostuvo 10 meses, se conformó entre rivales acérrimos y fue improvisada después de que la elección general de febrero del año pasado arrojó una parálisis política. Inicialmente incluía al partido de Berlusconi pero este tuvo una crisis interna y Berlusconi se alejó del gobierno. Una facción menor de sus seguidores conformó un nuevo partido, Nuevo Centro Derecha (NCD) y continuó al lado de Letta, y ahora exige condiciones claras a Renzi para ser parte de su Ejecutivo.
El convulso 2013. La convulsa etapa postelectoral que se prolongó todo el año 2013 también introdujo un nuevo actor político: el movimiento contestatario y antipolítico 5 Estrellas, que cuenta con la segunda bancada de la Cámara baja. Renzi deberá hacer frente a los continuos desafíos que le lanzará este movimiento, virulento e imprevisible, así como a las tensiones con sus socios de centroderecha y a una exigente agenda de reformas.
La figura de Renzi produce desconfianza en una buena parte de la opinión pública italiana. Apenas días antes de que ordenara la maniobra para forzar a Letta a renunciar, Renzi había asegurado públicamente al primer ministro que no tenía que preocuparse, prometiéndole que sólo buscaría su cargo a través de las urnas.
Pero tanto el PD como amplios sectores de la sociedad están ansiosos de hallar un nuevo líder, que lleve a Italia al camino de las reformas tantas veces invocadas por Letta, Berlusconi (quien fue tres veces premier) y muchos otros gobernantes sin resultados visibles. Ahora la crisis económica aprieta, Europa exige cirugía mayor y no deja muchos márgenes para las típicas maniobras dilatorias de la politica italiana. Renzi promete una reforma electoral, terminar con el "bicameralismo perfecto" recortando los poderes del Senado, y afrontar reformas sensibles, como el rígido sistema laboral italiano, entre otras muchas medidas.
Pero por ahora Renzi partirá con la misma coalición heterogénea que sostenía a Letta: el PD, el Nuevo Centro Derecha (NCD) y pequeños partidos de centro. El eventual ingreso del partido Forza Italia de Berlusconi no se menciona, pero Renzi ha tejido una alianza programática con Il Cavaliere.
Según enumeraba ayer Il Corriere della Sera, una vez reciba hoy la instrucción de Napolitano, Renzi volverá a Florencia, de la que aún es alcalde. Mañana comenzaría las consultas con sus potenciales socios. La ceremonia de traspaso con Letta podría llegar el jueves. Viernes y sábado se dedicarían a lograr la votación de confianza de las dos Cámaras del Parlamento.
Un aliado se cotiza. Angelino Alfano, líder de NCD y hasta ahora vicepremier y ministro de Interior, declaró ayer que exigirá a Renzi una serie de promesas programáticas. Alfano presionó a Renzi para que identifique los objetivos de su agenda y le señaló que de parte del centro derecha sólo encontrará apoyos a su agenda reformista. Le señaló que los frenos provendrán de la otra parte del espectro político. Y le advirtió que su futuro gobierno no deberá sufrir "una deriva hacia la izquierda". Alfano sabe que está en una buena posición para negociar y así se lo recordó ayer a sus militantes en una convención partidaria. "Sin nosotros no hay gobierno", advirtió.
Mientras que en la Cámara de Diputados un gobierno de Renzi no tendría problemas para ser aprobado por la mayoría amplia que allí tiene el PD, en el Senado su partido cuenta con 107 escaños y la mayoría absoluta es de 161. Para obtener los 54 votos que faltan necesitará del apoyo de los 31 senadores del NCD de Alfano, además de los siete del centrista Elección Cívica, 12 del grupo Populares Para Italia-UDC y los de otras fuerzas más pequeñas. Cada uno de esos votos implica complejas negociaciones, como es práctica habitual en Italia.
Primarias
Unas elecciones primarias con bajísima participación se vivieron ayer en el Partido Demócrata para elegir autoridades locales en 15 regiones. Al anochecer, en Lazio habían votado solo 18.000 personas, con las 120.000 del 8 de diciembre pasado, cuando fue elegido secretario general Matteo Renzi. Para sus críticos internos no hay dudas: las bases partidarias han rechazado sus maniobras para llegar al poder eludiendo las urnas y ayer dejaron desiertas las mesas electora les del PD.