Quito. — La cúpula militar de Ecuador presentó ayer su renuncia en rechazo a
las acusaciones del presidente Rafael Correa de que las agencias de inteligencia locales actúan
bajo lineamientos de Estados Unidos. La dimisión de los cuatro miembros de la máxima jerarquía
castrense se produjo después de que Correa sustituyera al ministro de Defensa, el médico Wellington
Sandoval, por su supuesta incapacidad para controlar a las fuerzas armadas.
Correa, popular por sus políticas nacionalistas, acusó el sábado a la agencia de
inteligencia estadounidense (CIA) de controlar a los organismos de espionaje del país andino y de
haber compartido información clasificada ecuatoriana con la vecina Colombia, en medio de una fuerte
disputa diplomática entre Quito y Bogotá.
Quito rompió relaciones con Bogotá a principios de marzo, después de que fuerzas
colombianas atacaron un campamento rebelde dentro de territorio ecuatoriano, matando al vocero de
las Farc, Raúl Reyes.
Reestructuración. La salida de la cúpula militar se dio además en respuesta al
pronunciamiento del nuevo ministro de Defensa, Javier Ponce, en el sentido que urge reorganizar las
fuerzas militares y policiales para blindarlas de influencias extranjeras, por lo que no descartó
cambios en sus filas para emprender en un proceso que, aseguró, puede ser arriesgado. Ponce, un
editorialista y analista que relevó en el cargo a Wellington Sandoval, dijo que la reforma de los
sistemas de información de las fuerzas públicas debe orientarse a garantizar "la soberanía" del
quinto productor de crudo de Sudamérica. "La estabilidad de la democracia no se funda en el
ocultamiento si no en el análisis de nuestros actos", dijo Ponce, un acérrimo crítico del accionar
de las fuerzas armadas, unas de las instituciones más poderosas del país andino y que ha jugado un
papel clave en el desplome de tres presidentes desde 1997.