Varios clérigos en representación de las comunidades cristiana, judía y musulmana se reunieron ayer cerca de la sinagoga de Jerusalén donde cinco personas murieron en un ataque palestino, a fin de pedir tolerancia en medio de las tensiones crecientes. El grupo se congregó en un patio frente a la sinagoga donde dos primos palestinos armados con una pistola, una cuchilla de carnicero y un hacha mataron el martes a cuatro feligreses y un policía. Después de un breve tiroteo, las fuerzas de seguridad abatieron a tiros a los atacantes. No estuvieron en la reunión las autoridades musulmanas de Jerusalén y los rabinos de mayor rango. "Gente de todas las religiones presentes aquí en la Tierra Santa desea expresar el sentir común de que este no es el camino", afirmó el rabino Michael Melchior, ex legislador israelí activo en los esfuerzos interreligiosos. "Podemos tener nuestras diferencias políticas, religiosas, pero este no es el camino".
Su llamado a la moderación parece caer cada vez más en oídos sordos en esta región, que en semanas recientes ha sido conmovida por tensiones religiosas, durante las cuales 11 personas han muerto por ataques palestinos, sobre todo en Jerusalén pero también en Tel Aviv y Cisjordania. A su vez, judíos israelíes se han empeñado en destruir propiedades palestinas, incluso autos y cultivos.
Las visitas de feligreses judíos a un lugar sagrado en Jerusalén también han avivado las tensiones y acusaciones de que Israel se propone apoderarse del lugar, lo que el Estado judío niega.
En presencia del patriarca ortodoxo Theofilis III de Jerusalén y el patriarca latino Fuad Twal, el jeque Samir Assi, imán de la mezquita Al-Jazaar en la ciudad de Acre, condenaron el ataque palestino a la sinagoga. "Hemos venido aquí para manifestarnos contra este acto criminal, que involucra una agresión a la santidad de la morada de Dios y a feligreses inermes", dijo Assi. En la atacada sinagoga Kehilat Bnai Torah del barrio de Har Nof, fieles buscaron ayer consuelo en la oración.
Represalias. Mientras, fuerzas israelíes demolieron una vivienda en Jerusalén este que pertenecía a un palestino responsable de un ataque mortal en octubre, justo horas después de que el premier Benjamin Netanyahu prometiera medidas estrictas contra la creciente oleada de violencia en la zona. El derribo en el vecindario de Silwan tuvo como objetivo una propiedad de Abdel Rahman al-Shaludi, el palestino que mató a dos personas en octubre cuando condujo su automóvil contra un abarrotado andén del tranvía en Jerusalén. Se trata de la primera vez desde 2009 que las fuerzas israelíes destruyen una vivienda en Jerusalén.
En las últimas semanas, Jerusalén ha visto su peor ola de violencia continuada desde un levantamiento palestino hace una década. En el ataque perpetrado por al-Shaludi murieron un bebé de tres meses y una mujer de 22 años después de que estrellara su coche contra una parada del tranvía. Falleció después por disparos de la policía.
Parte de la reciente violencia procede de las tensiones por un disputado sitio sagrado en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Es venerado por los judíos, que lo denominan Monte del Templo, por ser el lugar donde se levantaban los antiguos templos hebreos. Para los musulmanes, para quienes es la Explanada de las Mezquitas, es sagrado por acoger la mezquita Al-Aqsa y la icónica Cúpula de la Roca dorada. Los palestinos se enfadaron por el aumento de las visitas israelíes al lugar, algo que ven como una provocación.
Las demoliciones por represalia eran una táctica empleada con frecuencia por Israel antes de que los responsables de defensa decidieran suspenderla en 2005 tras considerar que no era una medida disuasoria efectiva contra los ataques. Desde entonces se han empleado ocasionalmente, tres veces en Jerusalén este en 2009, y otras tres durante el verano boreal en respuesta al asesinato de un policía y tres adolescentes israelíes.
Hubo acuerdo para liberar al general colombiano secuestrado por las Farc
La guerrilla de las Farc y el gobierno colombiano acordaron los términos para liberar a un general del ejército que fue capturado junto a otras personas el domingo, en un hecho que había desencadenado la suspensión de las negociaciones de paz en La Habana. Representantes de Cuba y Noruega, los dos países garantes en el proceso de paz que busca acabar con un conflicto armado de más de medio siglo, leyeron ayer un comunicado en La Habana en la que dijeron que las liberaciones se harán lo más pronto posible.
"Las partes han acordado las condiciones necesarias para la liberación de las siguientes personas: general Rubén Darío Alzate, cabo Jorge Rodríguez, soldado César Rivera, soldado Jonathan Díaz, y la señora Gloria Urrego".
El militar colombiano fue capturado por guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de de Colombia el domingo cuando desembarcó de una lancha de civil y sin escoltas, en un caserío cercano a la ciudad selvática de Quibdó, convirtiéndose en el primer general capturado por la insurgencia en la historia del conflicto.
"Las partes han acordado las condiciones necesarias para la liberación", según el comunicado leído por el funcionario cubano Rodolfo Benítez y la diplomática noruega Rita Sandberg. En la entrega participarán el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), así como los países garantes del proceso de paz que se lleva a cabo desde hace dos años en La Habana.
Previamente, tanto el comandante de las Farc Iván Márquez en La Habana, como el presidente Juan Manuel Santos en Colombia habían destacado la preocupación de los países garantes por la suspensión de las conversaciones que se desarrollan en Cuba. .
Pesimismo. Paralelamente, el optimismo de los colombianos respecto del proceso de paz descendió en los últimos meses. El 53 por ciento de las personas consultadas se declaró optimista de que el gobierno y las Farc lleguen a un acuerdo. Este clima favorable bajó 10 puntos en los últimos seis meses, cuando el nivel de optimismo rondaba el 63 por ciento. Adicionalmente, el pesimismo de los colombianos de que las negociaciones lleguen a buen puerto subió nueve puntos, al pasar del 33 por ciento al 42 por ciento, según una encuesta de la empresa Ipsos Napoleón Franco publicada en la revista Semana el domingo. La muestra realizada entre el 7 y el 10 de noviembre abarcó a 1.009 personas en las principales ciudades del país. El margen de error fue de tres puntos. Hasta la fecha las partes llegaron a acuerdos parciales en tres puntos de una agenda preestablecida de seis: el problema de la tierra, la participación política y el combate al narcotráfico. Actualmente los delegados debatían sobre el resarcimiento a las víctimas.