El presidente de Cuba, Raúl Castro, urgió ayer a Washington en la cumbre de la Celac en Costa Rica, a que ponga fin al bloqueo económico aplicado desde hace más de 50 años contra la isla, y advirtió que de lo contrario el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre las dos naciones “no tendrían sentido”.
El mandatario se refirió a las medidas anunciadas por el presidente Barack Obama respecto de la isla, las que calificó de “limitadas”, ya que persisten prohibiciones a Cuba sobre los créditos y en el uso del dólar en las transacciones financieras internacionales.
Además, se impiden los viajes turísticos de norteamericanos a Cuba, los viajes por vía marítima y se prohíbe a Cuba adquirir en otros mercados equipos y tecnologías con más del 10 por ciento de componentes norteamericanos, resaltó el gobernante.
Castro también criticó las “injerencias” de Estados Unidos en su país en el marco del actual acercamiento diplomático, y reiteró viejas exigencias por la base de Guantánamo como condición para normalizar del todo las relaciones bilaterales.
Ambos países deben “aprender el arte de la convivencia civilizada”, dijo Castro en su discurso ante los países de la Celac en Costa Rica, del que dedicó la mayor parte a hablar del deshielo diplomático entre Cuba y Estados Unidos anunciado en diciembre.
El líder cubano aludió directamente a recientes declaraciones de funcionarios estadounidenses que visitaron La Habana, así como a las reuniones que los diplomáticos mantuvieron ahí con miembros de la proscrita disidencia cubana.
Ambos gobiernos abrieron el pasado jueves en La Habana las primeras conversaciones concretas que deben conducir a la prevista reapertura de embajadas en ambas capitales.
La alta delegación norteamericana que estuvo en Cuba se reunió en la isla también con disidentes. Además, subrayó que había “presionado” al gobierno de La Habana para que mejore la situación de los derechos humanos en la isla.
“No nos dejaremos provocar, pero tampoco aceptaremos ninguna pretensión de aconsejar ni presionar en materia de nuestros asuntos internos”, replicó ayer Castro ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que reúne en San Antonio de Belén a todos los países del continente con excepción de Estados Unidos y Canadá.
“Las contrapartes estadounidenses no deberían proponerse relacionarse con la sociedad cubana como si en Cuba no hubiera un gobierno soberano”, agregó un enfático Castro.
“Los voceros del gobierno norteamericano han sido claros en precisar que cambian ahora los métodos, pero no los objetivos de la política (de Estados Unidos hacia Cuba), e insisten en actos de injerencia en nuestros asuntos internos, que no vamos a aceptar”, siguió Castro, tras asegurar que su gobierno “no renunciará a sus ideales”.
El mandatario cubano también criticó con particular dureza parte de las flexibilizaciones puestas en marcha por su homólogo estadounidense, Barack Obama, como parte de su nueva política hacia la isla. Castro se refirió en particular a las facilidades para que compañías norteamericanas de telecomunicaciones operen en Cuba.
Obama debía haber “permitido en otros sectores de la economía todo lo que ha autorizado en el ámbito de las telecomunicaciones, con evidentes objetivos de influencia política en Cuba”, criticó el líder cubano.
La Casa Blanca ha reiterado en varias ocasiones en los últimos días que medidas como una mayor libertad de viaje para estadounidenses y permisos para que empresas norteamericanas operen en Cuba siguen buscando impulsar cambios en la isla, regida por un sistema comunista de partido único desde hace más de medio siglo.
Raúl Castro reiteró además otras exigencias de su gobierno frente a Washington, más allá de que ambos países puedan restablecer sus vínculos diplomáticos próximamente.
“El restablecimiento de las relaciones diplomáticas es el inicio de un proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales”, comentó sobre el anuncio del pasado 17 de diciembre.
Pero esa normalización íntegra de las relaciones “no será posible” mientras exista el embargo y no se devuelva el territorio ocupado por la base naval de Guantánamo, agregó.
Castro también mencionó las transmisiones de medios anticastristas del exilio cubano, que cuentan con financiación del gobierno estadounidense, y pidió incluso una “compensación justa” para Cuba por los “daños humanos y económicos” causados en más de medio siglo de enfrentamiento entre los dos países.
Ambos países deben celebrar en las próximas semanas una nueva ronda de diálogos para fijar la hoja de ruta que debe llevar a la reapertura de embajadas en ambas capitales. El encuentro debe tener lugar en Washington.